Cara a cara

La lucha fratricida en el MAS se ha posicionado en el centro del interés político nacional incorporando a nuevos actores. Como el exvicepresidente Álvaro García Linera (AGL) que hurgó el avispero al calificar de “pelea egoísta” los encontronazos entre el jefe de Estado y el caudillo cocalero. En declaraciones a BBC Mundo, afirmó que Arce trata de impedir la candidatura de Morales en 2025 y que Evo busca debilitar a su exministro de Economía ahora al mando del Gobierno, para que sea habilitada su postulación en el proceso electoral venidero.

“Están jugando con monstruos, están jugando con fuego. De un lado y del otro están jugando con los militares y eso es muy peligroso”, advirtió García Linera mientras arrecian los embates entre Arce y Morales tras los sucesos del 26 de junio pasado. Según el de Orinoca, Arce Catacora engañó a los bolivianos y al mundo al denunciar un golpe de Estado. La respuesta no se hizo esperar desde la Casa Grande del Pueblo: “No te equivoques una vez más. Claramente lo que ocurrió el 26 fue un golpe militar fallido en Bolivia. No te pongas del lado del fascismo que niega lo ocurrido.”

Pero a Evo le han caído peor los dichos de su ‘yunta’ en tiempos mejores. Se sintió ofendido y por eso preguntó: ¿Acaso está de acuerdo con la proscripción del MAS-IPSP y con impedir mi participación democrática en las elecciones de 2025? La pregunta no es ingenua. Pone en evidencia que EM se pasa por la entrepierna un fallo constitucional de 2023 y que al amparo de la CIDH impide su candidatura. Él le mete nomás.