21 de julio de 2024, 4:00 AM
21 de julio de 2024, 4:00 AM

De previsible manera, tras el descalabro en la reciente Copa América, rodó la cabeza de Carlos Antonio Zago como DT de la Selección nacional y pasó a engrosar la nómina de los defenestrados del cargo antes de tiempo. A falta de resultados, se embolsará buena plata que, sin chistar, debe abonarle la FBF por la rescisión de su contrato. Tendría que ser al revés. Tras la desastrosa campaña, el brasileño debería devolver lo abonado con anticipación. O, por recato al menos, no cobrar hasta el último centavo estipulado en el oneroso acuerdo.

Los números del deplorable ciclo Zago lo condenan. Ni siquiera consiguió estructurar un equipo básico en una decena de encuentros, entre los de fogueo y los oficiales. En fin, son cosas de dirigentes incautos embaucados por vendedores de humo en el pobre fútbol nuestro de cada día. Otro foráneo, el venezolano César Farías, era considerado como el principal candidato para suceder a Zago. Una amnesia casi generalizada hizo olvidar los palotes que hizo Farías dirigiendo a Bolivia en las eliminatorias para el Mundial de Catar 2022: Penúltima por encima de Venezuela que ya alzó vuelo.

La FBF ha puesto sobre los hombros de Óscar Villegas la pesada carga que implica dirigir la Verde de cara a las eliminatorias que se reanudarán en breve y en las que tampoco acompañan los resultados. Ni siquiera en el estadio de Miraflores donde ya no ayudan los 3.600 metros de altitud. A 30 años de la clasificación al Mundial USA 94`, el fútbol boliviano sigue padeciendo unos viejos achaques que parecen no tener cura.



Tags