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24 de julio de 2024, 4:00 AM
24 de julio de 2024, 4:00 AM

El mascado o ‘pijcheo’ de la hoja de coca es una costumbre milenaria que existe desde hace 4.000 años. Es frecuente entre las poblaciones indígenas. El ‘acullico’ es una pequeña bola hecha de hojas de coca que se mantiene en la boca conjuntamente con una sustancia alcalina que, según su composición, recibe distintos nombres como lejía, cuta o pillagua. Se ‘pijchea’ o mastica la ‘hoja sagrada’ para succionar poco a poco su jugo que actúa como estimulante ligero y ayuda a combatir el hambre, la sed, el dolor y el cansancio. Pero el proceso de masticación de coca conlleva también a la aparición de pigmentaciones de la mucosa oral, el desgaste dental y a enfermedades periodontales.

Según un reciente informe de la Oficina de Naciones Unidas contra la droga y el delito (Unodc) Santa Cruz se ha convertido en el departamento de Bolivia que registra el mayor consumo de coca con un 38% a escala nacional, casi en su totalidad destinado para el ‘acullico’ o el ‘boleo’ que se ha expandido amplia y aceleradamente en la región cruceña. En la ciudad capital es fácil comprobar que el hábito de ‘acullicar’ y/o ‘bolear’ alcanza a diferentes estratos sociales, incluso los más elevados, a diferencia de lo que ocurre en otras partes del país, particularmente en las de occidente.

Con un cachete deformado por el bolo, el aliento fuerte y a veces por un hilillo del jugo verdoso que escurre por la comisura de sus labios, es posible identificar la presencia del ‘boleador’ impenitente que, en cierto modo, en nuestro medio puede considerarse como el resultado de un potente e inevitable proceso de aculturación.

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