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26 de julio de 2024, 4:00 AM
26 de julio de 2024, 4:00 AM

Al comenzar la semana fue perpetrado, en medio de una impunidad apabullante, un nuevo atentado contra la salud pública en Santa Cruz de la Sierra. Tal el efecto del bloqueo que impidió que los camiones recolectores de basura depositaran su carga en el vertedero municipal de San Miguel de los Junos. La ‘medida de protesta’ equiparable a una salvajada, fue ejecutada por padres de familia exigiendo a las autoridades municipales la ejecución de un módulo educativo en la zona del Palmar del Oratorio. Menos mal que un acuerdo entre partes alcanzado en horas recientes, puso fin a la protesta y al bloqueo del principal depósito de desechos de la ciudad.

En marzo pasado fue el ‘turno’ de los trabajadores de una de las empresas recolectoras de basura y que exigían el pago de sueldos adeudados. Según datos de Emacruz, cada día se generan 1.826 toneladas de desperdicios. En consecuencia, mientras duró el último bloqueo, más de 3.600 toneladas se acumularon, desparramaron e hicieron irrespirable e insalubre el ambiente en la capital cruceña.

En ambos bloqueos, ninguna entidad ni autoridad local al parecer se dio por enterada. Además, es de suponer que, como otras tantas veces, la Policía departamental esperaba ‘órdenes superiores’ para intervenir. Que la Gendarmería Municipal únicamente opera en ‘resguardo’ de los mercados públicos y que el Defensor del Pueblo estaba distraído en asuntos más importantes que el atentado cometido contra la salud de la gente. Y así nos va a los cruceños en este valle de lágrimas.

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