Cara a cara

Javier Milei presentó el presupuesto para 2025. Es una propuesta osada y ambiciosa, que se basa en déficit fiscal cero y que se sustenta en la política de achicamiento del Estado. El presidente de Argentina dice que cambiará la lógica de pensar en cuánto dinero se necesita para después conseguirlo, por el criterio de cuánto hay que ahorrar para después gastar. El gobernante se hizo cargo de un país hiperinflacionario, no obstante, a pesar de la reducción en este indicador se prevé que el año cierre con una tasa superior al 100% interanual. Empero, él plantea que la inflación no sea mayor al 18% en 2025 y que el crecimiento de la economía sea del 5%. Es una vara muy alta que él mismo se impone. Es de esperar que no sea pura demagogia.

 Sin embargo, hay escepticismo entre los analistas económicos. Por ejemplo, observan que la inflación planteada es diferente (mucho menor) a la que refleja la Encuesta de Expectativa del Banco Central. Milei plantea una apreciación del peso argentino, pero los expertos creen que no puede sustentarse en un escenario de Reservas Internacionales negativas. El mandatario de la Casa Rosada proyecta que habrá más dólares, fruto de las exportaciones y una balanza comercial positiva. Los entendidos creen que tiene ideas interesantes, pero que hasta ahora no ha demostrado cómo alcanzará esos objetivos.

 Por ahora la tiene difícil. Varias de las medidas económicas deben pasar por leyes en el Congreso, donde su bancada es minoría. Sin embargo, Milei avanza en su proyecto libertario. Aprovecha el impulso político, que deberá sustentar con resultados y mejoramiento de la calidad de vida de los argentinos.