Cara a cara
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Han pasado casi 83 años desde que de una factoría de los EEUU salió rugiendo el primer jeep Willys que luego se convertiría en pieza clave para el desplazamiento de comandos y patrullas militares durante la II Guerra Mundial. Transcurría entonces noviembre de 1941, un mes antes del devastador ataque japonés a Pearl Harbor y que en tiempo récord hizo salir miles de unidades a todos los frentes. Antes de la victoria aliada en 1945, los versátiles, livianos y potentes ‘todoterreno’ ya tenían ganado un sitial de honor en la historia, según narra el ‘willisero’ Osman Patzi en una bien lograda publicación suya sobre los Willys en Santa Cruz.
El legendario Willys fue el primer vehículo 4x4 o doble tracción usado como principal medio de transporte motorizado para atravesar, sin atasco alguno, los arenales y barriales del viejo campanario cruceño durante al menos tres décadas, a partir de los años 50 del siglo pasado. O un poco antes. Así lo reflejan los testimonios gráficos de aquellos tiempos ya lejanos y con los que perdura una sencilla pero buena historia.
Celebrados inicialmente en el Parque Urbano, unos encuentros entre amigos y vecinos que se reconocieron como aficionados a los Willys, luego darían pie a la fundación del Club Willys Santa Cruz un 3 de octubre de 2003, hasta su consolidación plena en 21 años recién evocados. Entre paseos, exhibiciones y caravanas, los williseros disfrutan de una afición que incluso los ha llevado a recorrer, de punta a punta, la buena tierra cruceña y contactarse con sus cordiales comunidades.