Cara a cara
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Todavía arde el bosque en cinco municipios de Santa Cruz donde se han reportado seis incendios activos que aún no dejan respiro a bomberos, rescatistas, guardaparques, militares y voluntarios. Todos ellos a cargo de la tarea esforzada y riesgosa entre el fuego y la humareda contaminante. Afortunadamente, lluvias recientes largamente esperadas, ayudaron a sofocar las llamas. Los municipios afectados, según el informe del COED de la Gobernación, son San José de Chiquitos, San Rafael, Concepción y San Antonio de Lomerío.
El viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes, ha asegurado que “los incendios forestales en el territorio nacional están controlados”. Si es así, enhorabuena porque la reacción del Gobierno fue tardía y se perdió tiempo precioso hasta la declaratoria de desastre nacional. De haber sido más oportuna, el ecocidio que redujo a cenizas la flora y la fauna regional, no se hubiese convertido en una atrocidad con efectos aún insospechados en los tiempos por venir.
La superficie afectada por el fuego en Santa Cruz asciende, por el momento, a 8.726.605 hectáreas entre los municipios de San Matías, San Ignacio de Velasco, Concepción y Urubichá. Pero no obstante el desastre ocasionado, apenas han dejado sentirse, desde estas llanuras, la protesta y condena a una sola voz de ciudadanos, instituciones y autoridades. ¿Se tomó conciencia de lo terriblemente ocurrido? Es tiempo de sacudirse del adormecimiento porque hay que reparar el enorme daño provocado al medioambiente y pedir cuentas a sus responsables.