Cara a cara
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El próximo año Bolivia cumplirá 200 años de independencia. Cuando avanza el tiempo en una vida, lo lógico es mirar el camino recorrido y ver un avance. Pero parece que no será el caso de nuestro país, porque el Bicentenario llegará en plena crisis económica, con una alta tendencia de emigración y, encima, con una campaña electoral que exacerbará los problemas.
El Presupuesto General del Estado ya ha sido presentado a la Asamblea Legislativa para su aprobación. La realidad actual revela que se mantiene la tendencia sin alza significativa en las Reservas Internacionales Netas, lo que denota un desequilibrio en la balanza comercial, el poco ingreso de divisas internacionales y la fragilidad de las reservas en oro. Tampoco hay un aumento significativo de las remesas que llegan del extranjero ni de la inversión extranjera directa. Para 2025 el Gobierno prevé un incremento del Presupuesto General del Estado en un 12% con relación a este año. Anticipa que los ingresos se basarán en el cobro de tributos, en endeudamiento por 3.400 millones de dólares.
El Gobierno admite que habrá un incremento de la inflación, que llegará al 7,5%; eso es el mismo nivel de la actualidad, aunque en este momento la inflación duplica la previsión. Se seguirá gastando más de lo que ingresa a las arcas nacionales, porque se proyecta un déficit fiscal del 9,2% (en este momento, bordea el 12%). Varias encuestas revelan que el pesimismo ciudadano es la constante en este momento. El Presupuesto General del Estado no da señales para cambiar el ánimo.
