Cara a cara
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En vuelo turbulento, Bolivia corre un riesgo real si el Gobierno de Luis Arce no es capaz de conjurar a tiempo. Es el que puede hacerle perder conectividad aérea y que sucederá, muy probablemente, si no levanta el bloqueo de fondos por un valor de 42 millones de dólares que pertenecen a las líneas aéreas que operan en el país por la venta de pasajes y otras actividades, según acuerdos internacionales que son de aplicación rigurosa. La advertencia fue formulada por la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) que nuclea a buena parte de las aerolíneas globales.
El bloqueo, según informe de EFE, es la respuesta de las autoridades bolivianas ante la falta de dólares y cuya disponibilidad se mantiene sin resolver en el país. Para la IATA la medida ‘es inaceptable’ y por eso ha solicitado que sean levantadas todas las barreras contra los operadores aéreos para que puedan ‘repatriar’ los ingresos que generan.
La conectividad aérea es clave para el desarrollo y crecimiento económico, especialmente para los países menos adelantados, aquellos en desarrollo que no tienen litoral como el nuestro. Los beneficios de esa conectividad son amplios porque aumentan el PIB, generan empleos, promocionan inversiones, incrementan la productividad, la innovación tecnológica y el desarrollo sostenible. A mayor conectividad aérea, mayor la captación de turistas internacionales y mayor el intercambio comercial y de negocios entre países. Así, Bolivia no puede permitirse el lujo de perder esa conexión clave en las alturas.