Cara a cara
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Nunca segundas partes fueron buenas. Es una expresión cuyo origen proviene de El Quijote y que, con cierta frecuencia, se emplea hasta el día de hoy. Tal expresión puede ser aplicada a la segunda etapa del agotado ‘proceso de cambio’ que demanda David Choquehuanca, vicepresidente del Estado. Según él, la primera fue ‘desnaturalizada’ durante el prolongado ejercicio del (des)gobierno del MAS en el país.
“Tiene que llegar una segunda etapa con pensamiento propio, con doctrina originaria, despertando nuestro ajayu”, expresó Choquehuanca quien considera que, en ese tiempo que dizque le hace falta al masismo, “se debe devolver el poder a las comunidades y organizaciones sociales para que puedan resolver sus propios problemas, sin depender de la burocracia estatal”. El ‘jilata’ David también habló de una “inevitable purificación” del pecaminoso Estado Plurinacional para que se libere de todo lo que le impide resolver sus propios problemas.
De su lado, el presidente Luis Arce ha asegurado que el ‘dedazo’ se acabó en el MAS, una práctica habitual y deleznable del partido gobernante y que entronizó durante casi dos décadas, la ineptitud e incompetencia en la administración del Estado. Y como sintiéndose inquilino permanente de la Casa Grande del Pueblo, el ‘hermano Lucho’ propuso preparar el plan de gobierno 2025-2030, mientras que los evistas ratificaron a Evo Morales como ‘candidato único’ en la carrera electoral del próximo año. Cuadro ‘pluridiverso’ de situación ofrecido por los mandamases del masismo.