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27 de diciembre de 2024, 3:00 AM
27 de diciembre de 2024, 3:00 AM

Por estas fechas festivas de Navidad y fin de año, las calles y avenidas cruceñas registran la presencia de una considerable cantidad de personas, en procura de ganarse el pan del día de algún modo. Entre quienes buscan despertar la sensibilidad del prójimo o vivir de su caridad traducida en unas pocas monedas, se observa a gente venida de otras latitudes y a muchos niños que hasta corren el riesgo de ser atropellados cuando se acercan a los vehículos a punto de arrancar, sin percatarse del peligro.

El drama mayor lo representan personas de avanzada edad o con impedimentos físicos y que utilizando muletas o sillas de ruedas, se desplazan entre el raudo y descontrolado avance de cientos de motorizados. Lo hacen incluso soportando las inclemencias climáticas, como las lluvias o el calor intenso de la temporada. Son éstas, entre muchas otras, estampas del abandono que se registran cotidianamente en la urbe cruceña y sus alrededores, donde se han extendido los cinturones de pobreza y la marginalidad que constituyen caldo de cultivo para los conflictos sociales.

La presencia de niños en las calles es una muy mala señal por los riesgos potenciales que para ellos acarrea. Con carácter prioritario, el caso de los menores de edad en estado aparente de abandono en las vías públicas de la ciudad más poblada e importante del país, demanda de sus instituciones y autoridades hacer algo al respecto y aplicar alguna medida que mitigue, al menos, el drama que les toca vivir, casi librados a su triste suerte y sin que nadie vea por ellos.

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