Conversó con EL DEBER Radio sobre la decisión de la Fiscalía de avalar una pericia privada sobre las fallidas elecciones de 2019 y rechazar la auditoría que de la OEA

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1 de agosto de 2021, 4:00 AM
1 de agosto de 2021, 4:00 AM

¿Cómo ha visto este informe de consultores de la Universidad de Salamanca?

Se trata de esta construcción de una realidad paralela, un presidente que miente, un poder detrás del trono. Evo Morales que miente y una Fiscalía que depende del Gobierno. Es una la vergüenza. Para mentir usan cualquier instrumento, como una consultoría de esta naturaleza que trata de desvirtuar el informe final de auditoría de la OEA, respaldada por la Unión Europea, que ratificó la existencia de graves irregularidades del Tribunal Electoral. Este informe ha sido avalado por la Asamblea Legislativa, el primer poder del Estado, que el 24 de noviembre de 2019, por unanimidad y con la presencia de dos tercios del MAS, aprobaron la anulación del proceso electoral. Sería un error evaluar el contenido de este informe que no puede ser tomado en consideración

¿Tenía el fiscal Lanchipa que recurrir a otro estudio?

Luis Arce, cuando era ministro Economía, renunció a su cargo pocos minutos antes de la dimisión de Evo Morales, y en la argumentación decía que era por la irresponsabilidad en el proceso electoral. De ese tamaño es la evidencia y como Juan Lanchipa no puede tener una argumentación propia, trata de inventársela con este contrato y con mala intención, porque en el documento que presentó estaba el logo de la Universidad de Salamanca, cuando esta institución ha dicho se trató de un compromiso privado.

¿Cómo está la oposición, mientras avanza la Fiscalía?

Tenemos que articular con Creemos y con los gobiernos subnacionales la defensa de la Justicia, para forzar al Gobierno de pactar una ley de compromiso que establezca que la preselección de candidaturas del Órgano Judicial de 2023 se hará a través de un mecanismo independiente de notables a los que la Asamblea Legislativa les da el encargo de hacerlo. No es un camino fácil, pero lo que hizo el fiscal no indigna ya a los partidos políticos o a los liderazgos políticos, indigna a los demócratas que salieron a protestar esos 21 días. Esto está generando una molestia que puede provocar movilizaciones, progresivamente de carácter pacífico, pero firmes.

¿Qué espera del mensaje del presidente del 6 de agosto con miras a la pacificación?

Mi impresión personal es de muchísimo pesimismo. Sería una sorpresa que Arce no dedique más de la mitad de su mensaje en decir que no hubo fraude y que hubo un golpe de Estado por una derecha racista y esto no ayuda a la reconciliación. No se trata de olvidar los hechos y decir que todo lo que pasó en el gobierno transitorio fue bueno, porque no lo fue. Se trata de establecer, un puente de reconciliación. El Gobierno no está honrando lo que dijo cuando comenzó su gestión, particularmente lo que dijo el vicepresidente David Choquehuanca. Estoy al tanto y hay un acuerdo que está llevando adelante Naciones Unidas y la Unión Europea; están intentando, a través de la Vicepresidencia, de generar un espacio de diálogo para la reconciliación, pero ese intento está detenido y congelado porque Choquehuanca está siendo absorbido por los vientos más brutales de violencia, en el sentido de amenazas y persecución que protagoniza el expresidente Morales y esto está dificultando la construcción de esos espacios.

¿Hay mucha intervención de afuera sobre lo que está pasando? ¿Cómo lo ve usted?

Hay una internacional latinoamericana que incorpora a países, como Venezuela, México, Argentina y, ahora, Perú que están respaldando a Bolivia en toda esta acción de la verdad paralela de Evo Morales y a quien consideran el verdadero líder de este proceso político en el país. En el otro extremo, las democracias latinoamericanas que defienden valores esenciales no están estructuradas de la misma manera frente a la articulación que está defendiendo y respaldando a Evo Morales.

¿Evo representa un obstáculo para la pacificación?

El mayor obstáculo para la reconciliación y la paz es Evo Morales. Su ansia es obsesiva por tomar el poder. Morales está entorpeciendo al Gobierno; está envenenando las relaciones entre la sociedad y está acelerando un proceso de llegada al Gobierno que podría darse bajo la hipótesis de un referéndum revocatorio que está establecido en la Constitución. Esta situación de que no hubo fraude, pretende blanquear a Evo Morales, pretende hacer olvidar que Morales huyó del país.