29 de enero de 2024, 4:05 AM
29 de enero de 2024, 4:05 AM

Son varios los factores que explican la caída abrupta de las exportaciones bolivianas durante el año 2023 después de haber registrado un récord histórico el periodo anterior, lo que había permitido mantener un equilibrio de la Balanza Comercial desde el 2021. El previsible primer déficit comercial anual del actual gobierno no solo representa una señal más de la desaceleración de la economía, sino que empieza a consolidar el déficit gemelo junto al del sector fiscal.

Dada la naturaleza de las exportaciones bolivianas, concentradas en materias primas básicas de los sectores, minero, hidrocarburos, inclusive del sector agroindustrial, su variación está supeditada en gran parte a las oscilaciones de los precios de los commodities marcadores como el petróleo crudo, los minerales de alta demanda y los alimentos básicos como cereales y oleaginosas. 

A su vez estos mercados reaccionan de manera casi inmediata a las situaciones climáticas variantes provocadas por el calentamiento global que afectan la producción agrícola mundial, u otras circunstancias de inestabilidad política o social, los conflictos bélicos o desastres naturales.

Analicemos brevemente cómo y cuánto cayeron las exportaciones bolivianas el 2023, teniendo en cuenta que las cifras oficiales solo llegan hasta el mes de octubre, datos con los cuales proyectaremos las cifras al fin del periodo, considerando además el comportamiento habitual de las exportaciones en los últimos dos meses del año. 

Hasta el mes de octubre las exportaciones ya registraban una caída del 22%, y se prevé que cerraremos la gestión fiscal con una reducción de al menos 20%, de 13.600 millones de dólares en 2022 a un estimado de 11.000 millones de dólares el 2023.

El sector exportador agrícola se vio afectado por la reducción de las exportaciones de sus dos principales productos, el grano de soya que constituye cerca de la mitad de las exportaciones del sector, se prevé reducirá en 26% mientras que la castaña beneficiada, exportaciones emblemáticas de Beni y Pando, se reducirían en 44%. 

Por su parte el sector minero redujo drásticamente sus ventas al exterior con la baja de las exportaciones de mineral de zinc (26%), del oro metálico (12%), y el estaño metálico que bajaría en al menos un 23%. Los hidrocarburos por su parte tienen una declinación del 32%, lo cual se consolidaría con las cifras oficiales. 

Finalmente, en el sector agroindustrial se redujeron las exportaciones de derivados de oleaginosas en 16%, las exportaciones forestales en 15%, el alcohol se redujo en 47% mientras el azúcar bajó en 14%.

Algunas de las razones de la caída de las exportaciones bolivianas son de naturaleza externa, pero fundamentalmente inciden las causas internas, que van desde una inadecuada política exterior impuesta hace tres lustros, hasta la eterna situación de conflictividad que vive el país y que se ha agudizado de forma ininterrumpida desde el año 2019. Un reciente reporte del IBCE daba cuenta que el año 2023, tuvimos en sumatoria, más de 180 días de bloqueo en diferentes carreteras del país lo que implica una movilidad interrumpida de la mitad del año fiscal que afectó al comercio exterior y la producción.

Veamos las causas externas que no solo afectaron las exportaciones bolivianas, sino, una reducción general de las exportaciones de la región sudamericana. Según reporte de la Revista América Economía en su edición del último 8 de enero, en promedio las exportaciones se redujeron entre 15% y 20%, afectadas por la contracción de la economía china provocada por su crisis inmobiliaria; el fenómeno climatológico El Niño que afectó severamente las exportaciones agroindustriales; además de los conflictos políticos sociales que paralizaron países como Ecuador, Perú y Bolivia. 

Se suman a estos factores negativos, el impacto de la guerra originada por la invasión rusa a Ucrania que afectó los precios de los cereales, y desde el último trimestre del pasado año, la guerra entre Israel y Hamas, provocada por la incursión terrorista a territorio judío.

Sin embargo, los factores internos siguen siendo los que más impactan negativamente en las exportaciones bolivianas. Una política exterior errática e ideologizada impide una adecuada integración de la economía boliviana en el contexto económico internacional, nos hemos integrado plenamente al Mercosur sin una estrategia de adecuación a la nueva normativa subregional a la que nos veremos obligados en un plazo de cuatro años, lo peor, en ausencia de una política exterior de inserción económica, en el bloque, sin una planificación de integración física y de infraestructura vial, ferroviaria e hidroviaria. 

En Bolivia no existe política de promoción de exportaciones e inversiones por el contrario existen restricciones a las mismas.

Las causas de impacto más drástico a las exportaciones, fueron la escasez de divisas que obligó a la autoridad monetaria a restringir el uso de la divisa, incluyendo el pago de servicios del exterior vinculados a la exportación, y la devaluación subyacente que marco un tipo de cambio paralelo, aun controlado, que limitó las compras del exterior tanto al sector importador como el comercial. Finalmente, la persistente tozudez de no permitir la aplicación del desarrollo tecnológico en la producción del sector agropecuario, sigue siendo otra las causas del rezago exportador agroindustrial.

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