Cibelle González: “Cuando uno hace lo que ama, nada es un gran sacrificio”

POR:  Chino Tapia

Cibelle González Arteaga sueña con llegar lejos con la gimnasia, la disciplina que le apasiona y que le ocupa buena parte de su vida. Es una estadounidense hija de boliviana, que transita el apasionante camino de la búsqueda del éxito deportivo.

La historia de la familia de Cibelle podría pasar como una más de las miles que se pueden contar a partir de la vida que hacen compatriotas bolivianos que se afincan en otros países.

En este caso en particular, tiene algo muy especial: la protagonista tiene la ilusión y la esperanza de representar a nuestro país en competiciones internacionales.

Alejandra Arteaga, que hace 21 años radica en California (Estados Unidos), y su esposo Héctor González, mexicano, apoyan a Cibelle en este desafío.

La pequeña deportista nació en el país del Norte, se educa en colegios de ese país y se forma en centros especializados para deportistas.

Cibelle tiene hoy 15 años cursa el segundo medio o décimo grado (equivalente al cuarto de secundaria en Bolivia) del Igranada High School que cuenta con hermosos campos deportivos donde también forman a sus estudiantes en diversas disciplinas, entre ellas la gimnasia.

Pero la escuela no fue más que el lugar donde Cibelle se inició en los deportes. En un principio se inclinó por el raquetbol, pero durante una de las prácticas sufrió un accidente que le cambió la vida: en una jugada la pelota le golpeó el rostro ocasionándole una herida que, al margen de lo físico, le provocó un trauma sicológico que le impidió seguir en esa disciplina.

Fue entonces que su mamá le incentivó para que tome a la gimnasia como el deporte para seguir en su vida. Así fue, hoy lleva 8 años ininterrumpidos entre los centros de entrenamientos, viajes, competencias y títulos en medio de la formación académica que no la ha interrumpido durante todo este tiempo.

Pero para llegar a alcanzar cada una de sus metas, Cibelle ha tenido que dedicar gran parte de su tiempo a las prácticas diarias, lo cual le obliga a mantener un estricto régimen de vida y alimentación, sin descuidar sus estudios. “Pero cuando uno ama lo que hace, nada es gran sacrificio”, es su lema.

Desde los primeros años en que se dedicó a este deporte, ella supo que con vocación y buenas intenciones no alcanzaba, por ello es que en este tiempo ha dedicado entre 7 y 8 horas diarias a su formación deportiva bajo la dirección de sus entrenadores y la asistencia de fisioterapeutas y quiroprácticos. La gimnasia rítmica es su preferida y se ha especializado en el manejo del balón, la cinta y el hula hula, más una combinación de ballet y baile de salón.

En las fotografías que acompañan este artículo se puede evidenciar el grado de plasticidad y desarrollo de las técnicas que ha logrado la atleta. Son varias las gráficas en las que se observa sus logros en lo físico y en el manejo que tiene con los tres elementos que se utilizan dentro de esta especialidad.

En el transcurso de estos 7 años, Cibelle ha participado de competencias en diferentes Estados de la unión americana, lo mismo que a nivel local en la mayoría de las ciudades del estado de California, como Las Vegas, San Diego, Missouri y otras.

Cuenta que donde más se destacó y obtuvo mayor éxito fue en Lake Placid donde conquistó Oro en Los Juniors Olimpics 2019; igualmente, en muchas ocasiones viajó a Chicago, donde clasificó entre segundo y tercer lugar. En Michigan se coronó campeona en Cinta y posteriormente ganó el segundo puesto de su nivel cosechando así la medalla de plata hace apenas un mes.

“La verdad han sido muchos viajes y premios en total”, comenta al recordar sus logros como campeona de Estados Unidos en su categoría y el subcampeonato conseguido a nivel nacional.

Pero su máximo sueño ahora es representar a Bolivia en campeonatos internacionales, descartando de esta manera que prefiera hacerlo por el coloso norteamericano. Para ello, cuenta su mamá, se están realizando los trámites pertinentes ante las autoridades deportivas de nuestro país a la espera de que en algún momento pueda llevar la rojo, amarillo y verde en una competición internacional.

Mientras tanto, Cibelle trabaja para que los sueños se hagan realidad.