Se realizaron pruebas rápidas de Covid-19 a los niños y todos los resultados dieron negativo. Hubo un estudio previo de lo que sucedía en el lugar desde hace un año. Los menores fueron llevados a 13 centros

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17 de octubre de 2020, 5:00 AM
17 de octubre de 2020, 5:00 AM

Con el retiro de los 103 menores que tenían por hogar las Aldeas de Niños Padre Alfredo, se cerró el centro que había marcado parte de la vida urbana cruceña. El sitio, que fue edificado con el esfuerzo del sacerdote franciscano Alfredo Spiessberger, fue desalojado el jueves en un operativo interinstitucional liderado por la Gobernación cruceña, que evidenció y documentó malos tratos a los menores que vivían allí.

Los informes sobre los problemas que venía arrastrando el centro, fueron analizados y verificados a lo largo de un año. La decisión de cerrar el hogar se ejecutó una vez salió el sol este jueves 15 de octubre.

Con cinco micros y más de medio centenar de funcionarios de la Policía, la Gobernación, la Defensoría de la Niñez, el Ministerio Público y la Defensoría del Pueblo ingresaron al hogar, tocaron las puertas de los dormitorios de los pequeños, les avisaron las decisiones tomadas y se comenzó con el traslado.

“La determinación tomada tiene como única finalidad velar por el bien mayor, el bienestar de los menores. Nuestra preocupación son los niños”, aseguró Duberty Soleto, director del Servicio Departamental de Políticas Sociales (Sedepos) de la Gobernación, que hizo conocer que los menores que estaban en el hogar fueron llevados a 13 hogares.

Soleto explicó que las razones para tomar la decisión del traslado, son principalmente la falta de atención adecuada a los menores y que además se empezaron a generar hechos de violencia, como el abuso sexual de un adolescente a otro con capacidades diferentes en la residencia que tenía el hogar (en septiembre pasado), lo que terminó por impulsar esta determinación.

Soleto fue claro al momento de aseverar que el hogar Aldeas de Niños Padre Alfredo dejó de funcionar, primero porque la Gobernación ya no le cederá niños en situación de calle o huérfanos para que sean atendidos en sus instalaciones, pero además porque se procederá a la desacreditación del centro que fue fundado en 1972 por el padre Alfredo, que gestionaba el apoyo de la gente para estos menores año tras año con múltiples actividades.

Soleto aclaró que los problemas no son atribuibles a la directiva encargada de administrar el hogar, presidida por Salomé Nasica y Jerjes Justiniano Talavera, ya que ellos fueron ‘invadidos’ por grupos de exaldeanos que tomaron el control físico del sitio de forma violenta y provocaron situaciones en los menores como desnutrición y ausencia de la escolaridad.

La Gobernación destinaba cerca de Bs 1 millón al centro, para que se realicen las compras necesarias para la alimentación de los menores, dinero que se estima fue desviado para otras cosas.

“No tenemos evidencias contundentes sobre estos extremos, pero analizaremos en la parte legal si es pertinente iniciar algún tipo de proceso por estos recursos”, precisó el director del Sedepos.

Sobre el destino y el futuro de los bienes que son parte de Aldeas de Niños Padre Alfredo, las autoridades que intervinieron el centro y le pusieron un punto final al hogar no tienen la posibilidad de ejecutar ninguna acción, ya que deberán ser las instancias a las que confío sus bienes el padre Alfredo antes de su muerte, quienes definan qué se hará con ellas.

Isabel Avendaño, una mujer que dijo ser parte del directorio del hogar (que la Gobernación no reconoce), precisó que todo el operativo se ejecutó en base a una decisión judicial, que para precautelar que los niños no sean testigos de las posibles pugnas por el control del centro, determinó el traslado de todos los menores.

Sin embargo, dijo que el centro seguirá funcionando como una casa con madres sustitutas, como parte del servicio social.

Lágrimas en el adiós

Quienes fueron a colaborar con el traslado de los niños, indicaron que los menores (que tienen edades entre 5 y 17 años) se mostraron sorprendidos ante la presencia de las autoridades, incluso hubo un par de ellos que lloraron al saber que debían dejar lo que llamaban casa.

“Pese a esta situación, todos los menores acomodaron sus mochilas y colaboraron con los funcionarios”, explicó Soleto y agregó que durante el traslado se ha buscado evitar la desvinculación de los hermanos y agregó que se está trabajando con las ‘tías’ (madres sustitutas de los menores en el hogar) para que no pierdan la vinculación con los menores.

“Vamos a tener una reunión para ver cómo mantenemos el vínculo entre los niños y sus tías, lo que nosotros estamos cuidando es la estabilidad emocional de todos los menores”, aseguró Duberty Soleto.