La trabajadora social de la Asociación Nuevos Pasos coordina cuatro programas, uno de ellos se llama Avisa. A través de él, capacita a familiares, profesores y menores para prevenir el abuso sexual, pero también para detectar casos

30 de septiembre de 2022, 7:29 AM
30 de septiembre de 2022, 7:29 AM


Actualmente tiene nueve casos, entre abuso sexual y violaciones. Perdió la cuenta de la cantidad de procesos que ha llevado en los cinco años que ocupa el cargo de trabajadora social en la Asociación Nuevos Pasos, una ONG española con presencia en varios países y varios programas.

Claudia Erika Ribera Gutiérrez era ‘nuevita’ en 2017, cuando empezó a ver casos de violencia sexual en Nuevos pasos, ya que su mayor experiencia había sido con voluntariado y trabajo dirigido en el Hospital de Niños Mario Ortiz.

Sin embargo, ver tanto dolor, burocracia e impunidad la empujaron a ‘sacar las uñas’ a la hora de defender y obtener justicia para las víctimas y sus familias. “Me siento frustrada a menudo por muchas razones, pero no me doy por vencida, busco soluciones siempre, peleo para que los casos no se cierren”, comparte.

Cada caso le ha ido forjando el carácter, pero lamentablemente también le ha dejado enemistades. En uno de los procesos que llevó el año pasado llegaron a seguirla; pasó un buen tiempo sin ir al trabajo debido a que un agresor sexual era uno de los padres del programa que Claudia llevaba adelante. 

“Tengo mucho amor a mi trabajo, si no tuviera empatía ya lo hubiera dejado, para mí sería más fácil que me lleguen los casos que buscarlos, pero nunca puedo decir no, hay gente que necesita ayuda, y no hay quién la direccione”, cuenta.
Es que una de las mayores trabas a la hora de denunciar abuso sexual o violación, según la trabajadora social, tiene que ver con trabas en cada uno de los procedimientos a seguir. 

“Cuando la víctima acude sola a denunciar, a menudo quieren hacerla dudar de lo que va a decir, pero cuando una institución la acompaña, cambia la situación. Caso contrario las hacen esperar un montón, o ir de un lado al otro”, lamenta.

Una de las situaciones que más afecta a Claudia cuando lleva un caso, es que la madre o familiar denunciante se retracta por diversas razones. Confiesa que existe demasiada presión de parte del entorno.

“Denunciar se vuelve un reto muy fuerte, hay temor, les importa el qué dirán. Es terrible, sobre todo si la víctima vive en el mismo domicilio que su abusador”, cuenta.

Claudia no puede creer que una madre se retracte y no quiera seguir el caso. Justamente eso le ha pasado recién, a pesar de que dos niñas fueron abusadas y violadas por un tío y un primo. 

“Yo no podía dejar de lado eso, son dos menores, con agravante. La mamá resultó más víctima que las hijas, se le dio un plazo a la señora, que no apareció y más bien andaba alterada. Seguimos el caso de oficio ante la fiscal, y la Defensoría de la Niñez”, cuenta.

De acuerdo a su experiencia, la mayoría de los abusos sexuales se dan de padres a hijos, pero en el último tiempo ha notado que los abuelos están siendo los principales agresores, por lo menos en su estadística personal. 

Dice que también se ha elevado el número de casos de agresión sexual de parte de menores de edad que no son imputables. “A menudo no se quiere denunciar a estas personas porque todo ocurre dentro del mismo entorno familiar”, lamenta.

Otros programas
Claudia Ribera es la coordinadora de cuatro programas de la Asociación Nuevos Pasos. Uno de ellos es el Comedor Centro de Atención Diurno, que beneficia a 60 niños y adolescentes entre 5 y 15 años, de grupos vulnerables y de escasos recursos.

También está el programa Jardín Nuevos Pasos, al que asisten menores entre 3 y 4 años, en dos turnos.
Otro programa se llama Nutrir vida, que funciona en el Hospital Oncológico, enseñando a las mamás a preparar comidas adecuadas para sus niños con cáncer.

Por último, está el programa Avisa, que previene el abuso sexual y las violaciones, pero que además entrena a padres de familia, profesores y menores a detectar casos. En medio de las capacitaciones, Claudia ha tenido la oportunidad de detectar a varios menores abusados.

Para Claudia, el trabajo social no es beneficencia, sino investigación y solución de los problemas sociales.