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13 de mayo de 2024, 4:00 AM
13 de mayo de 2024, 4:00 AM



Claudia Vaca/Escritora y Educadora




Desde que la Unesco adoptó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, la garantía de acceso equitativo a una educación de calidad en todo el mundo ha sido un objetivo fundamental. En este contexto, el desarrollo tecnológico ha transformado el papel de los docentes en la transmisión de conocimientos, configurando un ecosistema educativo que redefine los sistemas tradicionales (García-Holgado & García-Peñalvo, 2019), impactando incluso los entornos de localidades rurales, campesinas e indígenas en distintas latitudes del mundo, para bien y para mal, todo ha variado en función a las decisiones políticas educativas tomadas desde las instancias gubernamentales y también privadas, y por supuesto, desde la propia responsabilidad del ciudadano en su uso y participación en el sistema educativo.

El impacto de los algoritmos y la robotización en la educación plantea tanto temores como oportunidades. Algunos temen que los robots impulsados por inteligencia artificial reemplacen por completo a los profesores humanos (Spirina, 2018). Sin embargo, la industria del e-learning ya está explorando el uso de “enjambres de robots” como herramientas educativas para enfocarse en habilidades transversales difíciles de explicar de otra manera (Crisol-Moya et al., 2020; Global Market Insights, 2022).

Es innegable que la IA está transformando el papel del profesorado a nivel mundial (Craig, 2018; Selwyn, 2019; Benjamins & Salazar, 2020; Oliver, 2020; OECD, 2021). Aunque ha reducido la demanda de trabajadores en tareas de simple transferencia de contenido, ha mejorado estándares a nivel de propiciar el entrenamiento crítico y autocrítico del profesorado, para asumir un rol de facilitación reflexiva y acompañamiento de prácticas y hábitos de aprendizaje en distintas áreas, a lo largo de la vida de una persona, sea niño, joven, adulto; este cambio ha permitido resolver tareas complejas en resolución de conflictos, comunicación intercultural, alfabetización en salud, logística y seguridad. 

Se reconoce que profesiones como la enseñanza requieren la mente humana, y que pare ello, habrá que recuperar el carácter pedagógico y ético en los procesos de aprendizaje y transferencia del conocimiento, para superar lo que Marcelo Careaga (2019) denomina el oportunismo información y tecnológico en educación.

Está claro que las distintas tareas y competencias de los docentes, estudiantes y familias, junto a la gestión de contenidos pueden ser apoyadas por la IA, aliviando la carga de trabajo y permitiendo una atención más personalizada a los estudiantes (Affde, 2021) y un enfoque más atento en los procesos de aprendizaje y adaptación cognitiva que requieran los estudiantes, así mismo ampliando los espacios de diálogo y divulgación de lecturas, opinión, reflexiones en torno a determinados contenidos que van adquiriendo. Es crucial reconocer que la IA tiene el potencial de transformar la enseñanza y el aprendizaje, generando una disrupción en la educación actual (Careaga, 2023).

Los expertos coinciden en que la IA en la enseñanza puede facilitar la planificación, personalización y visualización del proceso de aprendizaje (Fidalgo-Blanco et al., 2022). Investigaciones recientes apuntan a que la IA es fundamental en la Educación 4.0, desde la educación inicial hasta la formación de postgrado e incluso las actualizaciones laborales a nivel empresarial, industrial, universitario, escolar y de sistemas de salud (Ramírez-Montoya et al., 2022).