.

24 de junio de 2022, 4:00 AM
24 de junio de 2022, 4:00 AM

Con estupor la ciudadanía de Santa Cruz observó un video en el que se ve a un funcionario municipal de la Alcaldía cruceña cobrando una coima para eliminar las deudas de impuestos en el sistema de la Secretaría Municipal de Administración Tributaria (SAT).
Le faltaron fundillos al funcionario encontrado in fraganti para meterse los billetes en uno y otro lado del pantalón; el dinero parecía brotar de abultado en los bolsillos.

Tras recibir la denuncia de una vecina a la que le ofrecieron eliminar del sistema su deuda de Bs 2.000 a cambio de pagar Bs 1.200 directamente al funcionario y no en ventanilla del banco, el concejal Juan Carlos Medrano, de Comunidad Autonómica, acudió a las oficinas de SAT en la Quinta Municipal y lo encaró precisamente en el momento en que la computadora mostraba los datos del inmueble de la denunciante.
En el bolsillo, el funcionario llevaba más de Bs 20.000 en efectivo.

Curiosamente, sus colegas salieron en su defensa e incluso uno de ellos le dijo ‘andate’, y el funcionario salió corriendo del edificio a agarrar el primer taxi que encontró en la calle.
En las imágenes se observa cómo otros funcionarios municipales llaman ‘abusivo’ al concejal fiscalizador y dicen incluso que aquello se trata de un ‘atropello’.
Horas después, el funcionario que fue encontrado haciendo cobros irregulares a cambio de eliminar deudas tributarias del sistema de impuestos municipales, de nombre Rómer Ledezma, fue destituido del cargo. Según el secretario de Recaudaciones, Berman Hillman, la persona llevaba 10 años trabajando en esa oficina, tenía el cargo de fiscalizador y dijo que, como él, el 80 por ciento del personal que trabaja en ese lugar viene de la gestión anterior. Ahora hay una denuncia penal contra Ledezma y eso tomará su propio curso en la justicia.
Sin embargo, el hecho no es aislado.
Da la sensación de que en poco más de un año, el cáncer de la corrupción ha hecho metástasis en el aparato administrativo municipal. Eso ocurrió en el mismo edificio donde el alcalde Jhonny Fernández tiene sus oficinas, autoridad que otra vez está de viaje y ausente de sus funciones.

Probablemente el origen de tanta corrupción municipal sea la existencia de cuotas de poder de diferentes partidos y gremios, que cuando llegan al poder se reparten las pegas con el único fin de enriquecerse ilícitamente, desprestigiando así la función pública, como si no estuviera ya demasiado mal vista en el país.

Y el alcalde Fernández tendría que estar muy preocupado a estas alturas por el acelerado desprestigio de su gestión por la mala elección de los funcionarios que lo acompañan. Vaya uno a saber cuántos casos más de corrupción se vienen dando en las oficinas municipales, allí donde no llegan las denuncias, ni los concejales ni las cámaras de seguridad, las que, por cierto, no habían en el lugar del hecho aquí comentado.

El alcalde Jhonny Fernández tiene que tomarse en serio estos primeros mensajes negativos de su gestión. Con la madurez de los años, se esperaría que él haya aprendido de los errores pasados del entonces joven político. Los tiempos han cambiado, los modos de fiscalización también. En estos tiempos es más fácil detectar irregularidades y no hay casi nada que pase inadvertido. Ya no son tiempos del ‘No digo que roben, pero saquen algo’, que tanto le incomoda recordar al alcalde.

Tags