Opinión

Coyuntura política e historia social

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10 de septiembre de 2020, 5:00 AM
10 de septiembre de 2020, 5:00 AM

Dada la proximidad de las elecciones nacionales y regionales el Campo Político boliviano se ha vuelto a exitar, con una novedad esta vez buena para la Sociedad y Democracia. 

El autoproclamado “partido hegemónico” no existe, como era previsible sociológicamente, la diversidad cultural boliviana es muy difícil de hegemonizar, si algo positivo dejó “que Bolivia nunca tuvo una nacionalización”, “ni un Piamonte”, si es verdad que no logramos jamás una cohesión social y cultural, si ciertamente hemos vivido históricamente escindidos, si somos una sociedad regionalizada y regionalista, etnificada o racializada como denunciaban en dicho partido; si “somos una sociedad en error”, si no logramos nunca “el óptimo social” u “ecuación social” como escribió ese gran sociólogo René Zavaleta Mercado, es que las Identidades Regionales son muy fuertes. 

De hecho, esta fue la principal hipótesis de trabajo del historiador beniano José Luis Roca, para él “la historia de Bolivia es la historia de la lucha entre regiones”  e incluso de “la lucha entre élites regionales”, con el monopolio político del Sur primero, los “doctores de Charcas” en Sucre durante la Colonia y relativamente hasta 1899, año en que el Norte, los “liberales” con Pando ayudado por Zárate Willca, inventan la tramoya de la “Revolución Federal” con el único propósito de quitarle la sede de gobierno a Sucre, objetivo que logran a sangre y fuego, desde ese momento hasta ahora la sede de gobierno es la ciudad de La Paz.   

Es cierto que en todo este período el Oriente es olvidado, Santa Cruz, Pando y Beni subsisten como pueden, viven aislados del mundo en una autonomía social y cultural, no es sino hasta el Plan de Merwin Bohan y su ejecución por el gobierno del MNR en la década de los 50 que el oriente se va incorporando económica, social y sobre todo “mentalmente” al Estado boliviano, es decir es tomado en cuenta en las políticas públicas. 

De hecho, la Guerra del Chaco se pierde precisamente por la falta de “nacionalización” de la Sociedad, a la falta de caminos para llevar alimentos, agua, y toda la logística que una guerra requiere, era un Estado que no podía declarar una “movilización general” como lo hizo Paraguay, simplemente los bolivianos no se identificaban con el Estado y menos con el Chaco y su territorio, (exactamente lo mismo ocurrió con la Guerra del Mar o del Pacífico, no en vano se ha dicho que “los aymaras nunca fueron un pueblo de navegantes”, que eran los más cercanos a ese espacio) como es sabido uno de los efectos esenciales de la Nacionalización Ideológica es que los individuos se identifiquen con el territorio como su espacio vital, esto significa que perder un territorio es como perder una parte del cuerpo, en cambio para la inmensa mayoría de los bolivianos perder el Mar, así como perder el Chaco, “era como no perder nada”, ni los conocían, esto es, no había una apropiación psicológica del espacio, que es donde transcurre la vida individual, social y estatal, otra forma de decirlo es que “Bolivia no existía ni existe en la cabeza de los connacionales”.

Ahora bien, hay consenso en que incluso en el más distraído de los ciudadanos todo esto produce efectos culturales, psicológicos e ideológicos, medibles y verificables, y es lo que denunciaba el Mas, nos decía que somos una sociedad racista y regionalista, oponía y marcaba la contradicción de los mestizos contra los indios, la zona sur “jailona” de La Paz contra los indios aymaras de El Alto pobre, el “regionalismo y separatismo cruceño” contra la unidad nacional y estatal boliviana, denunciaba que los más pobres de Bolivia en 500 años han sido los indígenas, por tanto, seríamos una sociedad racista y regionalista, nos refregaba en la cara a todos que Santa Cruz no tenía una Visión Nacional sino regional y local, al indianismo de Felipe Quispe le decía que era muy radical y sólo pensaba en los aymaras y no en Bolivia, y ante esta especie de diáspora histórica y social nos plantea como solución al Estado Plurinacional, lo plurinacional reconocería lo regional y lo étnico, las distintas identidades, además tendría la fuerza ideológica y política de cohesionar todas las identidades en una sola, la identidad boliviana plurinacional.

En síntesis, el MAS logró instrumentalizar o funcionalizar a su favor parte de la historia social boliviana, todo su “aparato o utillaje ideológico” tiene como núcleo o ataca lo Nacional, con un acento visible en la variable étnica, y dependiendo de la coyuntura hace un viraje a lo Regional, por ejemplo en el caso del Movimiento Autonomista cruceño que no pudo contener política ni ideológicamente, pero que después logró neutralizar usando el Aparato Represivo del Estado persiguiendo a los dirigentes u obligándolos a pactar, anulando la demanda Autonómica.

Así, su línea ideológica discursiva y narrativa oscila sistemáticamente (o sintomáticamente) entre lo étnico y lo regional, activando todo tipo de sentimientos y frustraciones sociales, culturales, ideológicas y psicológicas que nos ha impuesto nuestra historia, algo parecido a lo que hizo el MNR en el 52, o más cerca CONDEPA con el “compadre Palenque” y el MIP de Felipe Quispe.

Lo que intento mostrar es que el MAS está apelando a su mismo “arsenal” porque le ha funcionado con relativo éxito, si por éxito se entiende ganar una elección, y decir que el resto de partidos en lucha por el poder deberían tener una Visión Nacional de Bolivia y su Historia, y enfocarse con cierto énfasis en la variable o población étnica que es donde tenía e intenta mantener un “monopolio político”. Más allá del marketing político, de las redes sociales, de los spots publicitarios, me parece que así traigan a Cambridge Analytica, precisamente en esos algoritmos saltarán estas variables que han marcado la vida social e ideológica boliviana a sangre y fuego, aunque los actores y “estrategas” políticos no parecen entenderlo desde hace 20 años por lo menos, es algo tan simple toda acción política, económica y cultural, en suma toda acción social (Weber) ocurre dentro de la Historia y no fuera de élla, francamente es paradójico y tragicómico ver como intentan hacer política o ganar una elección por fuera de la Historia o prescindiendo de élla.

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