Cámara Minera del Oriente deduce que el comercio ilegal es alentado por personas que buscan eludir el pago de impuestos, tasas y regalías y productores ilegales que venden su oro a comercializadoras informales

13 de junio de 2021, 10:26 AM
13 de junio de 2021, 10:26 AM

El régimen de Gobierno, a través del Ministerio de Minería y Metalurgia y la Autoridad Jurisdiccional Administrativa Minera (AJAM), anunciaron la creación de la Empresa Comercializadora de Oro para potenciar las reservas del Banco Central de Bolivia (BCB) y activan operativos para combatir la explotación y tráfico ilegal del metal precioso en zonas auríferas.

Información oficial de la Dirección General de Planificación del Ministerio de Minería da cuenta de que el Gobierno tiene planificado crear una empresa comercializadora de oro que comprará la producción del mineral en todo el país para ser entregada al BCB, aspecto que asegura permitirá el incremento de las reservas.

En marzo de este año, según el último reporte del Consejo Mundial del Oro (WGC, por sus siglas en inglés), difundido por Deutsche Welle (DW en español), Bolivia se ubica entre los 50 países con mayores reservas de oro en el mundo, mientras que a escala latinoamericana se sitúa en el quinto lugar. Refiere que el 22,5% de las reservas, de 42,5 toneladas, está en oro.

Con respecto a la justificación económica de la comercializadora de oro, desde el Ministerio de Minería, insinúan que al transparentar la comercialización se beneficia al productor que vende el metal precioso, las recaudaciones por concepto de regalías mineras incrementarán debido a la aplicación correcta de las alícuotas y los gastos de realización (maquila) serán transparentados beneficiando al productor aurífero. Perfilan crear sucursales en regiones y municipios productores de oro, en el norte y el sur de La Paz, y en los departamentos de Beni, Pando, Cochabamba, Potosí y Santa Cruz.

A la par, se proyecta crear nuevos empleos directos e indirectos para los pobladores originarios y reactivar las actividades mineras en zonas con potencial aurífero.

En cuanto a operativos, en la presente semana la directora ejecutiva nacional de la AJAM, Brenda Lafuente, junto al viceministro de Política Minera, Regulación y Fiscalización, Wiston Medrano, informó que a raíz de una denuncia formalizada el 6 mayo de este año por supuesta explotación ilegal de recursos minerales (oro) en el área minera revertida denominada ‘Esperancita’ ubicada en el municipio de Tupiza (Potosí), personal de la dirección regional Tupiza-Tarija de la AJAM se constituyó en dicho lugar y tras una inspección in situ ejecutada el 21 de ese mes se corroboró la actividad minera ilegal en dicha área, de donde se extraía oro, en explotación a cielo abierto, con maquinaria pesada.

Afirmó que, en la presente semana, tras un operativo, se aprehendió a 10 personas en flagrancia, quienes fueron remitidos a las autoridades locales, para que se proceda de acuerdo a norma. Se secuestró una vagoneta, una alfombra de lavado para extracción de oro y maquinaria que era utilizada para el delito, desarticulándose por completo la explotación minera que ilegalmente se desarrollaba en el lugar.

Asimismo, en mayo, la AJAM en coordinación con el Ministerio de Gobierno y la Policía Boliviana realizaron un operativo en el que se aprehendió a 14 personas en flagrancia, cinco de nacionalidad extranjera, que realizaban minería ilegal en el municipio La Asunta, provincia Sud Yungas de La Paz.

Los puntos fronterizos donde prevalece el comercio ilegal de oro son Brasil, Paraguay y Perú, según el Ministerio de Minería.

De acuerdo a un despacho de EFE, citado en oroinformacion.com, las pérdidas anuales de Bolivia por el contrabando del oro superan los $us 1.000 millones anuales.

Elución de impuestos y regalías

Para el presidente de la Cámara Minera del Oriente (CMO), Mario Félery, si el Estado pretende crear una empresa de comercialización de oro, que como política contemple sujetarse a los precios internacionales, proporcionándole al productor ventajas competitivas y mejores precios que las comercializadoras legalmente establecidas en el país, con seguridad que los actores mineros, principalmente las cooperativas auríferas, aplaudirán esta acción y probablemente el Gobierno logre reeditar lo sucedido entre 2014 y 2017 en que la producción de oro en Bolivia era menor que las exportaciones de este metal precioso, “o sea exportábamos más de lo que producíamos. En ese periodo de tiempo se hablaba de que el oro ilegal peruano se vendía en Bolivia”.

En el país, a decir de Félery, la producción de oro es realizada principalmente por cooperativas mineras auríferas y, en algunos otros casos, por gente dedicada a la actividad minera ‘ilegal’ compuesta por personas o grupos pertenecientes a ‘comunidades’, en cuyo territorio se encuentran los yacimientos auríferos y se dedican a la explotación ‘artesanal’, sin control por parte de las autoridades. Por lo tanto -enfatizó- venden su producción en el mercado negro.

Aclaró que los costos de producción de oro son símiles en gran parte de los países de nuestra región, principalmente en Bolivia, Brasil y Perú donde prevalece la minería informal del oro como base del contrabando.

Según Félery, el comercio ilegal de oro u otro mineral tiene tres cimientos: el primero, compuesto por personas que buscan eludir el pago de impuestos, tasas y regalías. El segundo, tiene que ver con quienes se aprovechan de políticas cambiarias desfavorables en el país productor y, el tercero, compuesto por productores ilegales que venden su oro a comercializadoras informales (mercado negro).

“Es muy difícil que una empresa minera privada legalmente constituida incurra en este ilícito, dado que existen innumerables medios de control estatal que regulan la actividad”, manifestó Félery.

Sin embargo, cree que es probable que sean precisamente las políticas estatales, que en el afán de beneficiar a un determinado sector, en este caso cooperativas auríferas otorgándoles aranceles diferenciados para el pago de regalía minera (tributan el 1% sobre el valor bruto de venta de su producción, mientras que un actor minero privado está obligado a pagar entre un 5 y 7% por este mismo concepto), lo que genera una ‘ventana muy grande’ para la informalidad bajo el paraguas de la comercialización de oro en estado natural o en escama proveniente de yacimientos marginales operados por la minería de pequeña escala, induciendo así a la elución de impuestos y regalía mineras.

Ilegalidades en la actividad


Para el exviceministro y experto en Minería de la Fundación Jubileo, Héctor Córdova, el oro es el metal que más se extrae de Bolivia, el que tiene más valor y el que menos renta deja al país. Deduce cuatro irregularidades en la explotación ilegal del oro. Yacimientos auríferos que operan sin autorización, operadores que violentan las normas ambientales (no cuentan con licencia ambiental), incumplimiento de derechos laborales y erosión fiscal porque no se reconoce al Estado lo que le corresponde económicamente.

Córdova afirma que el Senarecom no tiene la fuerza suficiente para controlar todas las actividades mineras auríferas en el país. “Hablamos de unas 1.300 operaciones auríferas en el país. La mayoría corresponden a cooperativas. Es imposible para una instancia del tamaño de Senarecom controlar las actividades de todas ellas”, puntualizó.

La erosión fiscal, a su criterio, es otra ilegalidad que afecta al Estado. Da cuenta de que casi la totalidad de la cantidad de oro explotado en Bolivia empezó a registrarse como si fuera de cooperativas que operaban en yacimientos marginales y con actividades de pequeña escala. Córdova asegura que casi el 100% del oro de Bolivia empezó a pagar una regalía del 2,5% cuando debía pagar el 7% provocando un ‘daño fuerte’ al Estado. “Se está extrayendo una gran cantidad de oro que solamente paga el 2,5% como regalía y nada de impuesto”, anotó.

India, el mayor demandante

Con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), según la gerente técnica del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), María Esther Peña, hasta abril, las exportaciones bolivianas de oro hacia mercados externos registraron $us 571 millones, representando un incremento del 27% comparado con igual mes de 2020.

Las exportaciones de oro se dirigieron a ocho mercados: India ($us 435 millones), Turquía ($us 59,5 millones), Emiratos Árabes Unidos ($us 45,5millones), EEUU ($us 25,9 millones), Canadá ($us 3,5 millones), Bélgica ($us 534.000), China ($us 523.000) y Perú ($us 38 .000). El 76% de las exportaciones de oro desde Bolivia se dirigieron a India.