Opinión

Crédito no es igual a devolución

30 de agosto de 2021, 5:00 AM
30 de agosto de 2021, 5:00 AM

El régimen de Jeanine Áñez, en 2019 decidió gestionar ante el FMI un Instrumento de Financiamiento Rápido por $us327 millones, que no era nada más que la otorgación de un crédito financiero muy “favorable”, tasa de interés baja y otros. Sin embargo, la Constitución establece que todo crédito debe ser aprobado por el Legislativo, debido a que estos generan el pago de intereses, lo cual afecta la renta del país, vale decir que se debe aclarar que vamos a dejar de pagar para cumplir con el pago de estos intereses y capital, la devolución de estos recursos se debió principalmente al no cumplimiento de este requisito.

El 23 de agosto el FMI aprobó la asignación de Derechos Especiales de Giro (DEG), que podría considerarse como una devolución de los aportes que realizan a los países miembros, entre ellos Bolivia, no tienen obligaciones, es decir no se paga intereses ni ningún otro costo financiero. Este organismo de acuerdo a recomendaciones de expertos realiza estas devoluciones como parte de su plan de recuperación económica internacional, debido a la pandemia.

Los eternos opinadores económicos, que siempre tratan de confundirnos, nos dirán que el crédito gestionado en el régimen de Añez es lo mismo que la devolución que realizo el FMI en esta gestión, seguro gritarán que el gobierno de Arce deberá devolver dichos recursos, no mencionarán en sus opiniones que estas devoluciones no generarán ningún costo financiero.

El FMI asignara los DEG a los países miembros en proporción a sus cuotas, alrededor de $us275.000 millones, dichas devoluciones serán canalizados principalmente a los países emergentes y en desarrollo, esta acción financiera pretende inyectar liquidez a la economía mundial, muy afectada por las diversas cuarentenas y restricciones que se dieron por la pandemia.

No debemos perder de vista que los créditos que otorga el FMI son (financieramente) muy convenientes, con tasas de intereses muy bajas y otras facilidades; sin embargo esa “facilidad” siempre va acompañada del condicionamiento de que los países que acceden a estos deben someterse a los lineamientos de esta entidad, que básicamente está relacionada con el liberalismo económico, que implica el libre comercio entre países y la intervención mínima de los estados en la economía (básicamente ser reguladores).

Esta filosofía económica del FMI deja la solución de los problemas económicos al libre mercado, que básicamente se regula por la oferta y demanda, tanto en el mercado financiero como en el de bienes, dejando como consecuencia devaluaciones e inflación que afecta siempre a los más desposeídos, prueba de eso es que los indicadores sociales no acompañan al desarrollo económico liberal.

En este sentido, la ciudadanía no debe dejarse engañar por estos opinadores, que muy convenientemente tratan de mezclar las definiciones y conceptos económicos para hacernos creer que los créditos del FMI son lo mismo que las asignaciones de las DEGs que otorgan a los países miembros.

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