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26 de agosto de 2024, 4:00 AM
26 de agosto de 2024, 4:00 AM

Estamos en cuenta regresiva. El viernes es el plazo fatal para que el Instituto Nacional de Estadística presente los primeros datos del Censo de Población y Vivienda. Y, aunque la información debería fluir con normalidad, hay suspicacia en la ciudadanía, porque el INE ha incumplido en anteriores ocasiones.

El camino a la gran encuesta nacional ha sido cuesta arriba. El Censo debía realizarse el año 2022 y el Gobierno informó durante meses que todo estaba encaminado para cumplir ese plazo, aunque después lo pospuso. Por eso, Santa Cruz paró 36 días y arrancó la realización de este conteo al Gobierno. La entrega de resultados es un escalón más de este empinado camino.

El otro temor tiene que ver con los resultados mismos. Santa Cruz es el departamento con más población del país, ya que recibe una abundante migración del interior y del exterior del país. Pero ni al centralismo ni a muchas otras regiones les agrada la noticia. Por eso es que, ya en 2012, Evo Morales adelantaba los datos preliminares diciendo que éste era el departamento con más población y adelantó las cifras: 2,776 millones de habitantes, pero en la información oficial la exministra Viviana Caro dijo que en realidad, Santa Cruz seguía siendo el segundo y divulgó una cifra con casi 100.000 personas menos.

Para que esto no vuelva a ocurrir, el Instituto Cruceño de Estadística (ICE), dependiente de la Gobernación de Santa Cruz, hizo una encuesta y determinó que este departamento tiene cuatro millones de habitantes, aunque esa cifra no ha sido validada por el INE, ya que una ley define que la institución nacional es la única que puede difundir estadísticas.

Sin embargo, los cruceños esperan que la información que sea divulgada este viernes sea real y que no se constituya en un nuevo engaño a Santa Cruz; es decir, que no se reste habitantes a este departamento que ya desde hace más de 12 años soporta la carga de la migración y de crecimiento vegetativo con los recursos menguados, porque no se corresponden con la realidad actual.

Para sumar a la suspicacia, el rector de la Universidad Gabriel René Moreno, Vicente Cuéllar, recuerda que el INE no realizó la encuesta de cobertura de calidad del censo, lo que permite tener dudas acerca de la fiabilidad con la que se realizó.

Con todo, quedan cuatro días para la divulgación de los resultados. Y estos deben hacer justicia en dos temas esenciales: la redistribución de recursos económicos, de acuerdo con el número de habitantes, que debe reflejarse en el próximo presupuesto operativo anual de las entidades territoriales autónomas (gobernaciones, municipios, regiones y municipios indígenas). El otro hecho fundamental que debe cumplirse es la redistribución de escaños parlamentarios, de acuerdo con la población de cada departamento y esto debe consolidarse en las elecciones de 2025, sin opción a postergaciones.

La otra razón para la suspicacia tiene que ver con la intención del Gobierno. No hay que olvidar que el presidente pretendía llevar el tema de los escaños a referéndum para evitar que la cifra de 130 diputados sea redistribuida simple y llanamente por población.

El presidente Luis Arce dio su palabra y debe cumplirla porque está plasmada en una ley. Es hora de que se reconozca que hay una nueva configuración de Bolivia, que demanda también una nueva manera de concebir la gestión. Bolivia es más urbana que rural; la gente opta por vivir en el oriente más que en el occidente; la actividad comercial es la principal y el sector agroproductivo es muy relevante en la economía. En suma, hay que dejar de repetir fórmulas y modelos que se basan en datos del pasado.

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