Opinión

Cuidar a los jóvenes de la marihuana

27 de enero de 2021, 5:00 AM
27 de enero de 2021, 5:00 AM

En el libro Adiós a las drogas y a la adicción se puede constatar la preocupación por este crucial tema de vida y continúan las investigaciones al respecto. “Si el libro no nos despierta de un puñetazo en el cráneo ¿para qué leerlo?”. (Franz Kafka).

Apartándose de la indiferencia de muchos padres por el futuro de los jóvenes, de las autoridades obligadas a un draconiano control y a la peligrosísima apatía en algunos humanos, es más importante abordar este tema que ensombrece la vida de las personas en tierna edad que fuman marihuana. Si se consume antes de los 17 o 18 años es altamente posible que se inflijan daños en el cerebro por moda, imitación, falta de personalidad y por la presión asfixiante de sus amigos.

La drogadicción es una pandemia contra la cual es más difícil vacunarse porque la adicción destruye la voluntad y las virtudes que constituyen la fortaleza de cada ser humano.

La Universidad de Yale ha publicado un estudio sustentado en una prolija investigación que dice que con el consumo de marihuana, el cerebro de los jóvenes se verá seriamente afectado por constantes deficiencias en la inteligencia, la memoria y la atención y en todo proceso que requiera intelección.

Si el consumo de marihuana es regular, el tamaño del cerebro y la conectividad con otros centros del organismo estarán sujetos a cambios y una de las consecuencias terribles es que tendrán un menor volumen de materia gris en la corteza frontal del cerebro, que es determinante para el procesamiento cognitivo en la toma de decisiones.

Después de fumar marihuana se incrementa por cinco el riesgo de sufrir un ataque al corazón. La marihuana aumenta la presión arterial y el ritmo cardiaco, y disminuye la capacidad de oxigenar la sangre y otros órganos; los síntomas son mareos y vértigos y una proclividad a desplomarse súbitamente.

Otro aspecto que no agradará a los jóvenes es la disminución de la potencia sexual debido a que los cuerpos cavernosos del miembro viril no recibirán la necesaria cantidad de sangre en la excitación.

A los jóvenes y padres que leen esta columna debería producirles una sensata reflexión al conocer estos datos a la hora de decidir fumar marihuana, a sabiendas del daño real que ocasionan a su cerebro, el órgano más maravilloso infundido por Dios, y por las degradaciones de la memoria y daño que se harán inexorablemente a los 12 meses de exponer su cuerpo a esta sustancia.

Confieso que no me es agradable escribir sobre este tema, sin embargo, es imperativo por solidaridad a los magníficos jóvenes del país y del mundo.

 



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