A la empresaria Daniela Romero le inyectaron biopolímeros en las pantorrillas, pero fueron años de dolor y sufrimiento. Hoy ella cuenta su historia de vida.

4 de agosto de 2023, 14:31 PM
4 de agosto de 2023, 14:31 PM

Daniela Romero, empresaria y dueña de la tienda Dara regalos, nunca sospechó que unas inyecciones la dejen en depresión, al punto de querer cortarse las piernas por tanto dolor.

La comunicadora social cuenta que el líquido que le pusieron en las pantorrillas para verse mejor, era de biopolímeros y no así unas vitaminas como a ella le dijeron.

Este “veneno”, como ella lo llama, le causaba dolores crónicos en las piernas y entumecimientos, al extremo no poder pararse.

Ella siempre le pedía a Dios que le quite todos los malestares, hasta que un día el Señor le mandó una señal y encontró un doctor en Colombia, experto en biopolímeros, el cual le devolvió las ganas de vivir.

 

Daniela Romero /Foto: Reynaldo Soliz

Daniela Romero /Foto: Reynaldo Soliz

- ¿Cómo decide abrir su corazón y contar su historia de vida?


Decido contar mi historia para poder llevar un mensaje de prevención para evitar que haya más víctimas de ese veneno, y a la vez para dar un mensaje de esperanza y fe a las personas que sufren en silencio por los biopolímeros.

-¿Por qué decide ponerse biopolímeros y hace cuánto se los puso?

Hace 17 años y 9 meses fui víctima de un engaño, me ofrecieron unas vitaminas reabsorbibles (aparentemente inofensivas); era solo una inyección que me iba a ayudar a tonificar y aumentar más rápido de volumen en mis pantorrillas. Yo no sabía que eran biopolímeros, ni siquiera sabía de su existencia.

Lo hice por dejarme llevar por la vanidad e inseguridad.

- ¿Cree que fue la peor decisión que tomó?

Definitivamente. Jamás pensé que esa simple inyección me cambiaría la vida por completo y me causaría tantos años de sufrimiento. Realmente fue una muy mala decisión que me pasó una factura demasiado cara.

- ¿Qué dolores padecía?

Los biopolímeros son productos no compatibles con el ser humano, se trata de un veneno que causa miles de enfermedades y ataca el sistema inmunológico. A mí me provocó muchísimas dolencias inimaginables: inflamación general, dolores crónicos en las piernas, pantorrillas y pies, ardor, hinchazón, entumecimiento, al punto de impedirme hasta poder pararme y caminar, yo ya no dominaba mis piernas.

- ¿Es verdad que hasta pensó en cortarse las piernas?

Si, en algún momento pensé que era la única solución para acabar con el dolor.

Porque durante años busqué y todos los médicos coincidían que era imposible retirar ese veneno, que como era líquido ya todo estaba esparcido por toda el área, era como intentar separar el agua del aceite. Además, que los biopolímeros no permanecen quietos, se encapsulan, siempre migran a diferentes zonas del cuerpo.

- ¿Entró en depresión en algún momento?

Si, depresión y sobre todo mucha culpa. Mi proceso más duro fue poder perdonarme yo misma por la mala decisión que tomé y todo el sufrimiento que yo generaba a mi familia.

Además de sentir vergüenza por lo que me pasaba, sin poder expresarlo (era un tema tabú para mí) el fingir que todo estaba bien, el tener que llevar esa carga y continuar como si nada sucediera.

-  ¿Nunca pensó en demandar a quien le realizó el procedimiento?

Fue en una estética, la inyección me la puso una esteticista, no un médico.

Nunca lo hice, preferí mi salud mental y agotar todas mis fuerzas, energías y recursos en buscar cómo sanarme, y encontrar una solución que me permita mejorar mi calidad de vida y poder ser normal. Creo en la justicia divina y sé que todo lo que uno hace, Dios lo ve y lo juzga.

- ¿Cómo es que llega a solucionar su problema?

Gracias a un foro de víctimas y testimonios de biopolímeros logro encontrar al doctor Jaime Pachón, médico en Colombia, cirujano plástico, especialista en retiro biopolímeros, que tenía experiencia en pantorrillas.

Estuve durante dos meses en recuperación en Bogotá, porque era una cirugía abierta, por lo delicado de la zona de mucho cuidado, pero gracias a Dios pude volver a casa

- ¿Ahora cómo está de salud?

Mucho mejor, aún tengo molestias y continúo con algunos medicamentos; el proceso inflamatorio era demasiado fuerte y debo esperar hasta un año para poder ver más cambios, pero me siento feliz y agradecida porque pude llegar a operarme y pudieron retirarme lo que tenía adentro.

-  ¿Qué secuelas le dejaron los biopolímeros?

Físicamente mis cicatrices, en realidad es un producto que es imposible lograr retirar por completo, pero yo sé que mi médico hizo todo lo posible y Dios hizo lo imposible.

Al cumplir un año recién debo realizarme todos mis controles y estudios para poder ver mi sistema inmunológico y todo lo que estaba alterado.

-¿Qué experiencia le quedó de todo lo sucedido?

Me hizo más fuerte, yo misma me siento orgullosa de todas las pruebas que he superado.

Me enseñó la resiliencia, me enseñó a poder aprender de mis errores y poder afrontarlos. Además de poder abrirme y compartir mi experiencia para que otras personas aprendan de mi error.

- ¿Qué mensaje les da a las personas que no están a gusto con su cuerpo?

Que aprendan a amarse a si mismas, que trabajen su autoestima, a veces una mala decisión puede cambiar toda su vida, lo que no pasa en mil años, pasa en un segundo.

Que disfruten del estar vivos y sanos, cada día cotidiano es un milagro de Dios.

- Una persona de buen corazón como usted, ¿Cómo está ayudando a las mujeres ahora?

Siendo testimonio de prevención y esperanza, mi intención al contar mi historia no es otra que transmitir un mensaje para prevenir que ninguna persona sufra y pase por lo que yo pasé. Asimismo, para que, como yo encontré una solución en un foro de testimonios, el mío sirva para que alguien más encuentre una solución, Es un tema muy tabú que da vergüenza aceptarlo, vivimos en una sociedad prejuiciosa, pero yo decidí contarlo para así evitar más víctimas y poder ayudar a las personas que lo sufren en silencio. Los biopolímeros son como un cáncer que mata de manera silenciosa, lo peor es que en nuestra sociedad hay muy poca información del tema y sin embargo sé que hay muchas víctimas y seguirá habiendo.

-¿Si pudiera retroceder el tiempo, lo pensaría dos veces?

Directamente jamás lo consideraría, ni siquiera pensarlo.