Opinión

De ganadores y perdedores

23 de octubre de 2020, 8:21 AM
23 de octubre de 2020, 8:21 AM

Los resultados oficiales al 21 de octubre confirman la victoria del MAS, al que le siguen Comunidad Ciudadana y Creemos, con 54,7%, 29,66% y 14,17% respectivamente. Estimo que estas cifras no variarán mucho en los resultados finales. El MAS gana en La Paz, Cochabamba Chuquisaca, Potosí, Oruro y Pando; queda en segundo lugar en Beni, Tarija y Santa Cruz.

Se trata de porcentajes contundentes que hacen que Luis Arce Catacora y David Choquehuanca Céspedes sean los futuros presidente y vicepresidente del Estado hasta octubre/noviembre de 2025. 

Son, de lejos, los principales ganadores de la campaña, con una victoria que les abre la posibilidad de reconciliar al país y crear las bases de un sistema democrático ampliamente inclusivo, socialmente equitativo y jurídicamente sólido. Posibilidad que, además, se convierte en su principal sostén no sólo ante una realidad económica y social en crisis, sino, sobre todo, ante la pugna interna del MAS entre sus corrientes autoritarias y democráticas.

Bajo esa percepción, el resultado muestra que la ciudadanía que votó por ellos se cansó del caudillo autoritario y su entorno, pero mantiene su confianza en el instrumento. Por eso el binomio recupera los niveles de apoyo del MAS y Morales en 2005, que fue perdiendo desde 2014, en el referendo constitucional de 2016 y en las elecciones del pasado año.

Así, Arce-Choquehuanca han cosechado votos propios -perdidos por Morales-- que les permitirían cumplir lo que han ofrecido en la campaña que, resumiendo al máximo, se traduce en una buena gestión y recuperación de valores democráticos.

Se ubica en este campo de ganadores la ciudadanía boliviana. Nuevamente ha demostrado su adhesión democrática con una participación masiva en las elecciones. Ojalá que los nuevos conductores sepan responder a ese apoyo reciclado y no lo vuelvan a malgastar en proyectos autoritarios de poder para beneficio de una corte de áulicos cada vez más insensibles y corruptos.

También han ganado los vocales del Tribunal Supremo Electoral (TSE) que pese a los aviesos ataques que sufrieron y sufren, supieron mantenerse en su lugar cumpliendo, sin estridencias, la Constitución y las leyes. Que pudo haber errores, sin duda, pero primó la buena fe y su decisión de organizar y realizar elecciones trasparentes.

Los principales perdedores son los dos lados de una misma moneda autoritaria. Uno es Evo Morales Ayma que por su incontinencia verbal y ensimismamiento, se convirtió en un lastre para el MAS y sus candidatos, y podría ser una fuente de conflicto para el gobierno ya instalada la nueva administración.

Pero, no hay que olvidar que el caudillo herido es muy peligroso, más si tiene, sin duda, una fuerte raigambre entre los sectores más radicalizados del MAS, y relacionamiento internacional que, como se ha demostrado, es orgánico y militante.

El otro perdedor es Luis Fernando Camacho, el candidato de Creemos que en una campaña agresiva, atizando conflictos regionales, ha obtenido un 14.10 por ciento a nivel nacional, montado en su victoria en Santa Cruz con un 45,23%, muy lejos del 70% que declaró que pensaba obtener.

Conviene anotar que fuera de Santa Cruz, en Pando es donde más adhesión tuvo (26,22) y en Potosí, de donde es oriundo su compañero de fórmula, 2,79%. En Cochabamba, región en la que se alió con Manfred Reyes Villa, alcanzó un 1,15%.

Carlos Mesa se ubica en este campo, pero con un consuelo que no es menor. Ha ocupado el primer puesto en Tarija (50,24) y el Beni (39,15); el segundo en La Paz, Potosí, Chuquisaca, Cochabamba y Oruro, y el tercero en Pando y Santa Cruz. Además, su votación es similar a la que recibió en las elecciones del pasado año (de acuerdo a las dos encuestas aceptadas entonces). Por último, si mantiene su decisión de ser actor de la política nacional, cuenta con una apreciable bancada legislativa que le permite encabezar la oposición, en un escenario de amplia paerticipación en el que la Asamblea Legislativa podría recuperar su independencia, base de la democracia.Hay muchos otros actores que habría que situar luego de las elecciones y que se quedan aún en el tintero, porque el espacio se termina, pero el tiempo no…






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