28 de agosto de 2022, 4:00 AM
28 de agosto de 2022, 4:00 AM


El presidente del Consejo Nacional de Productores de Quinua Bolivia (Conapquibol), Efraín Cruz, lanzó el 18 de agosto esta amenaza, a nombre de sus representados: realizar un “tractorazo”, bloquear caminos en el Altiplano Sur y paralizar dicha zona desde el 22, al haberse agotado todas las instancias para ser escuchados en sus demandas sin ser atendidos por autoridades de Oruro, La Paz, Potosí y el Gobierno central (“Productores de quinua anuncian bloqueos y ‘tractorazo’ a partir del lunes”, Erbol, 18.08.2022). El conflicto se evitó porque una comitiva del Gobierno se trasladó a la localidad de Challapata para oír los pedidos de los productores en un ampliado realizado al efecto.

Es entendible la insatisfacción de dicho sector, considerando que sus niveles de producción, volúmenes de exportación e ingresos derivados de la quinua están muy distantes del 2014, cuando -en su mejor momento- lograron ventas al mundo por casi 200 millones de dólares, para declinar luego y llegar a solo 62 millones en 2021, mientras que hasta junio del 2022, la exportación de quinua cayó 10% en volumen y 17% en valor, logrando apenas 25 millones, lejos incluso de su nivel, en igual lapso, durante la pandemia (45 millones de dólares).

¿Cómo fue solucionado el conflicto? El ministro del sector dijo que se había comprometido a los productores de quinua que “sus demandas serán atendidas para incrementar la producción del cereal con la dotación de tecnología, financiamiento, mayor apertura de mercado interno y para exportaciones, sistema de agua, mejoramiento de suelos con bioinsumos”, con nuevos lineamientos para apoyar a los pequeños productores desde el Centro Internacional de la Quinua (“Gobierno desactiva con firma de acuerdo “tractorazo” de productores de quinua”, ABI, 21.08.2022). Ojalá que así sea.

La quinua real orgánica del Altiplano boliviano sufre problemas de productividad que dificultan competir frente a la mayor oferta que se está dando en el mercado internacional haciendo caer a un tercio el precio que tenía en 2014, siendo Perú el gran protagonista -con una quinua dulce, pero más barata- habiendo desplazado a Bolivia del primer lugar como productor y exportador mundial, a la vez que, desde entonces, más de 100 países han ingresado a la producción experimental o comercial de dicho superalimento.

Mientras tan difícil situación se da en el Occidente del país, provocando un reclamo al Gobierno nacional a fin de dar una solución al problema que atañe a miles de productores de quinua real orgánica en el Altiplano, un importante anuncio, concomitante con el tema, se dio hace pocas semanas atrás, en los llanos orientales de Bolivia: La Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (Uagrm) anunció en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, la inminente producción de quinua tropicalizada en el Departamento de Santa Cruz, al Oriente del país. Una gran noticia, por cierto, considerando que dicho superalimento se sumará desde el próximo año a las posibilidades de rotación del cultivo de la soya de verano, con otros cereales, en invierno, como son el sorgo, trigo, maíz, girasol y frejol.

La Uagrm, con el Ing. Agr. Marin Condori a la cabeza del equipo de investigación, realizó el trabajo de adaptación durante años para dar respuesta a los embates del cambio climático mundial en curso, cuya evidencia en el país es la escasez de lluvias en invierno, la recurrencia de heladas en los llanos orientales y la necesidad de alternativas para la rotación de cultivos en invierno. La investigación se realizó con un enfoque conservacionista, hacia una agricultura sostenible en base a la “siembra directa” que permita preservar los nutrientes del suelo y, algo muy importante: con la mirada puesta en el mercado, considerando la demanda creciente que se producirá para este superalimento en el orbe, por la alta calidad de proteínas (15 a 18 aminoácidos esenciales), ausencia de colesterol, alto contenido de fibra y fácil digestión, no formación de grasas, consumidores más exigentes de calidad nutricional y rentabilidad del cultivo.

La información compartida el día del anuncio de tan destacada iniciativa, dio cuenta de las siguientes mejoras, comparando la quinua del Altiplano con la “quinua tropicalizada” (denominada UAGRM-FINE): acortamiento del ciclo de producción a 4 meses (5 a 8 en el Altiplano); menor tamaño de la planta (se perderá menos granos por el viento); mayor rendimiento, de 0,5 a 1,5 y hasta 4,5 toneladas/hectárea; resistencia a plagas; cosecha mecanizada (en el Altiplano, manual); producción en el Área de Expansión, al Este, el Norte Integrado y los Valles de Santa Cruz.

Habiendo una cantidad importante de semilla para su multiplicación este año, la producción comercial se dará desde el 2023; de ahí en más, se aguarda que la quinua tropicalizada -a tono con el exitoso modelo de desarrollo cruceño- se produzca de forma mecanizada, a escala, y a un precio accesible para alimentar a más personas en Bolivia y a millones de comensales en el exterior, también.

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