Iniciativa. EL DEBER y GPTW Bolivia organizaron el conversatorio virtual: ‘Aciertos y desaciertos en la gestión de personas durante la pandemia’, en el que ejecutivos de Terbol, DHL, 3M y el BMSC compartieron sus experiencias

18 de mayo de 2021, 7:50 AM
18 de mayo de 2021, 7:50 AM

El teletrabajo, sin lugar a dudas, ha sido un elemento importante que ha permitido a las empresas seguir operando en una coyuntura complicada como la que vive la humanidad en la actualidad, debido al coronavirus.

No obstante, la implementación de esta forma de trabajo fue más complicada de lo previsto, de acuerdo con los ejecutivos que participaron en el conversatorio virtual: ‘Aciertos y desaciertos en la gestión de personas durante la pandemia’, organizado por EL DEBER y la multinacional Great Place to Work (GPTW) Bolivia.

En el caso de 3M, aunque contaban con la flexibilidad laboral y aplicaban el teletrabajo en alguna ocasión, tuvieron que evolucionar el mecanismo a una versión 2.0 para poder seguir con sus labores. Según Wendy Benítez, Country Leader de la firma en el país, los primeros tres meses del confinamiento fueron muy duros, ya que las agendas de trabajo estaban repletas de reuniones.

Esto provocó que muchas veces, ella y sus colaboradores tuvieran que compartir la hora del almuerzo con sus familias en medio de una reunión de trabajo. Además, como supervisan a otros países, tenían que trabajar hasta más de las 17:00 acostumbradas, debido a las diferencias de horario. Esa sobrecarga se subsanó rápidamente, indicó Benítez, permitiendo que los colaboradores ‘bloqueen’ en sus agendas los horarios de almuerzo y los que comparten con su familia. De igual manera, otro desafío del cual se sobrepuso 3M luego de algunos inconvenientes, fue el transmitir seguridad y motivar a equipos de ventas, como el de odontología.

Y es que, estos equipos tuvieron que pasar de tener contacto con los médicos personalmente a solo llamarlos por teléfono, no obteniendo los resultados deseados. Con el tiempo les enseñaron a sus clientes a utilizar las nuevas tecnologías para mostrarles sus productos y en la actualidad realizan eventos virtuales hasta con 200 participantes.

De igual manera, en DHL la adaptación al teletrabajo fue un proceso que generó algunos inconvenientes. “Personalmente, a mí me costó mucho trabajar desde la casa, tengo niños pequeños y concentrarse con ellos al lado fue difícil. Tener otro tipo de actividades que te saquen de tu rutina, como la facilidad de llamar por un número interno o ir a la oficina de uno de los colaboradores y buscar respuestas, tener espacios de grupos. Fue un gran desafío”, dijo Daniel Sologuren, gerente general de DHL en Bolivia.

El aspecto de la comunicación también causó contratiempos en la firma. Y es que, según Sologuren, en primera instancia, debido al tiempo libre por la disminución del flujo de los volúmenes de carga, se invitó a la gente a tomar vacaciones, lo que generó un ambiente de temor. Esto se solucionó explicando mejor en qué consistía la propuesta.

“Con el teletrabajo hay gente que dice yo trabajo mejor de noche. Muchas de estas personas llamaban para pedir alguna autorización a las 11 y 12 de la noche y la gente que daba autorizaciones trabaja de 7:00 a 1:00 del día siguiente, por lo que se tuvo que poner ciertas reglas”, precisó Hernán Solares, vicepresidente del Banco Mercantil Santa Cruz (BMSC).

De igual manera, el BMSC tuvo que realizar ajustes a los horarios de trabajo normales. Y es que la ASFI fijó la atención para los bancos de 8:00 a 15:00 (16:00 horario formal del empleado), pero como mucha gente trabaja desde casa, almuerza al mediodía y no puede cumplir con ese horario. “Diría que hasta ahora seguimos con problemas de desconexión y orden”, reconoció Solares.

Algo similar pasó en Terbol. Juan José Landívar, director general de la compañía, explicó que tuvieron que aprender a planificar el tiempo, luego de que se dieron cuenta de que había reuniones a cualquier hora.

Para ello, comenzaron a realizar pruebas con algunos equipos para establecer el grado de eficacia de esas acciones. Esto les permitió no aplicar cambios en todas las áreas, sino en algunas, y luego ir escalando hasta abarcar a toda a la organización. “Aprendimos a medir todo lo que hacemos, para saber si logramos el impacto deseado o no. Además, esto nos permite conocer si los colaboradores valoran esos esfuerzos”, dijo.