18 de febrero de 2022, 4:00 AM
18 de febrero de 2022, 4:00 AM


Muy reveladora fue la entrevista (respondida de forma escrita) publicada por el matutino Pagina Siete este pasado 12 de febrero, en la que la exministra de Comunicación del Gobierno transitorio de Jeanine Áñez, Roxana Lizárraga, apuntó a Arturo Murillo, Yerko Núñez y el entonces senador Óscar Ortiz de haber pactado con el Movimiento Al Socialismo (MAS) la inamovilidad del fiscal general del Estado, Juan Lanchipa, señalando también que estos tres exministros ordenaron el salvoconducto para que Luis Arce salga a México. Roxana Lizárraga, periodista, abogada, locutora de radio y presentadora de televisión estuvo al mando del Despacho de Comunicación desde el 14 de noviembre de 2019 hasta el 26 de enero de 2020, cuando renunció.

Según la exministra, “el día de la posesión de gabinete, Murillo estaba afanoso buscando respaldos. En ese momento se manejaban dos nombres: Murillo y Tomás Monasterio. Samuel Doria Medina, Óscar Ortiz y miembros de Demócratas apoyaron a Murillo y tomaron contacto con Áñez”; y no se quedó ahí Lizárraga, apuntó: “Había una oposición de mentira.

Murillo fue uno de los escogidos por el masismo. Tiene un medio hermano, Vladimir Sánchez, exministro de Morales que fue un nexo importante con el régimen de Evo Morales. El MAS escoge a sus opositores, les hace favores, les dan privilegios e impunidad. Lo mejor que tiene Evo y el actual presidente (Luis Arce) es la oposición”.

Lo grave de las denuncias de Lizárraga es que con mucha seguridad afirmó que el salvoconducto de Luis Arce lo ordenaron Murillo, Núñez y Ortiz, y ellos negociaron la inamovilidad del fiscal general del Estado, Juan Lanchipa. Grave porque todo el país pedía y exige a gritos transparentar y reestructurar la justicia boliviana, y esta columna en varias ocasiones se ha referido a la insolvencia moral del fiscal Lanchipa y la de los fiscales y jueces de nuestra justicia. Entonces la pregunta que todos hacemos es ¿por qué Núñez, Murillo y Ortiz no quisieron toca a Lanchipa?

Lizárraga va más allá, indico que “Óscar Ortiz como seudo opositor colocó a personas de confianza cerca de Áñez. Lourdes Landívar era allegada a Ortiz y Rubén Costas. Existía una pugna por cuotas de poder. Landívar controlaba la agenda de Áñez, ella no dio paso a la solicitud de la Iglesia católica que buscaba a Áñez para pedir que no vaya como candidata. Eso iba en contra de los intereses de Ortiz, Murillo, Costas y Samuel Doria Medina”.

La otra pregunta que queda en el aire después de la entrevista de Lizárraga es ¿por qué Murillo, Ortiz y Costas transaron en diciembre para mantener la sigla del MAS? Si justamente lo que se deseaba en esos momentos después del monumental fraude era desmontar la maquinaria fraudulenta implementada por gente de Morales, con asesoría de Cuba y Venezuela.

“Tal vez por esta razón los superministros no apoyaron mi denuncia en la Fiscalía sobre el uso del dinero de los bolivianos para la campaña de Morales. Inclusive Núñez, en su calidad de ministro, se negó a entregar información a la exvocal Rosario Baptista”, apuntó Roxana Lizárraga.

Sin duda la entrevista de la exministra revela cuestionamientos que hasta ahora se ventilaban en los pasillos y no habían salido a la luz pública, y tienen más valor tratándose de una ex alta autoridad del Gobierno transitorio de Jeanine Áñez. “No haber limpiado el Poder Judicial, no haber desmontado la estructura fraudulenta al interior del Órgano Electoral, no haber eliminado las normas creadas por la dictadura de Evo, que permiten perpetuarse en el poder”, son aseveraciones muy duras, las mismas que deben ser respondidas por los acusados, que permanezcan en silencio significará que aquello que indica Roxana Lizárraga es verdad.

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