Estudiantes, bajo la dirección del educador Alberto Santelices, fueron a la ‘caza’ de los errores y encontraron cerca de un millar de palabras mal escritas, especialmente sin la debida tilde. Encontraron apoyo de la Alcaldía para las correcciones

6 de junio de 2022, 5:00 AM
6 de junio de 2022, 5:00 AM


Así como el covid afecta al cuerpo la mala ortografía afecta el alma, dice el educador Alberto Santelices Salomón que, junto a un grupo de estudiantes, realizó una investigación en la señalética de Santa Cruz de la Sierra y encontró 500 errores ortográficos que están plasmados en los nombres de calles y señales viales. La mayoría está relacionada con la falta de tilde, por lo que el educador y sus estudiantes solicitaron al Concejo Municipal que instruya que se hagan las correcciones. Vecinos y expertos en educación apoyan la iniciativa.

Con la premisa de que se aprende mejor haciendo, los estudiantes se organizaron por grupo para ir a la ‘caza’ de las palabras mal escritas en la vía pública. Lo que más encontraron fue falta de tilde en las mayúsculas, pero también hay minúsculas sin tilde.





Basta recorrer las calles y detenerse a observar para encontrar errores evidentes que llevan años formando parte del mobiliario urbano de la ciudad. Los letreros con errores están ubicados en distintos puntos, como es el caso del de la calle Ballivián, que está escrito con mayúscula, pero sin la tilde, pese a que las reglas de acentuación establecen que las letras mayúsculas deben escribirse con tilde si corresponde. 

Lo mismo ocurre en otros tantos letreros de nominación de calles, así como en los de nombres de barrios e indicaciones de centros de salud y otros similares. Un caso llamativo es el cartel del barrio Paraíso, que tiene dos errores: el del nombre del barrio que está sin tilde, al igual que el de la plaza Bailón Mercado.
María del Rosario Lizarazu, vecina del centro y veterinaria de profesión, sostiene que es necesario hacer las correcciones, sobre todo pensando en los niños en edad escolar.


Isabel Ocampo, que trabaja en un negocio por el centro de la ciudad, apoya la modificación y agrega que los errores se están volviendo más comunes debido al uso de las redes sociales. “En el WhatsApp se hacen abreviaturas erróneas y si la gente se está olvidando hasta de los nombres de las calles es porque se maneja por referencias o por GPS”, observó la vecina.
Asimismo, en las calles Suárez Arana y Quijarro, el letrero que muestra la existencia de una vía para la circulación de bicicletas está sin acento y semitapado.

Elizabeth Banzer, que trabaja en inmediaciones de esa esquina hace 45 años, contó que el letrero fue colocado hace unos tres años. “Desde el primer día nos dimos cuenta de la falta de acento y nos reímos porque es insólito ese tipo de errores”, acotó la vecina.
Fuera del centro de la ciudad el panorama no cambia, por ejemplo, por la zona universitaria hay un letrero referencial que indica la dirección del colegio Cástulo Chávez sin la tilde. Lo mismo sucede en las calles con nombres de países por esa zona como ser: México y Haití, por ejemplo.

La mayoría de los letreros con errores están escritos con mayúsculas y según estipula la Real Academia Española (RAE), el empleo de la mayúscula no exime de poner la tilde cuando así lo exijan las reglas de acentuación y acota que únicamente las siglas, que se escriben enteramente en mayúsculas, no llevan nunca tilde.

“El uso de modernos sistemas de composición y edición de textos permite, desde hace décadas, escribir con entera comodidad la tilde sobre las mayúsculas, de manera que carece de toda justificación hoy no aplicar las reglas de acentuación gráfica a las palabras así escritas en cualquier soporte circunstancia. La ortografía académica nunca dio carta blanca para ello”, señala la institución de la lengua española en uno de sus apartados.

El educador Santelices indica que es importante que los letreros de la ciudad estén bien escritos, no solo porque “la ciudad se vuelve agresiva cuando en las calles hay errores ortográficos, sino también porque existe un currículo oculto, en el que los niños asimilan las palabras que están expuestas en la vía pública”. 

Pasos a seguir
Sarah Mansilla, secretaria municipal de Cultura y Turismo de la comuna cruceña, participó en la exposición que dio Santelices sobre la investigación ante el Concejo Municipal el pasado jueves y señaló que se colaborará para poder realizar las correcciones que se están solicitando, pero pidió paciencia porque es un proyecto largo de implementar.

“La ciudad es un libro abierto que se va leyendo no solamente con letras, sino también con imágenes que cada uno va recreando dentro de la imaginación. Entonces, al ser un libro abierto, lo primero que leemos es lo que está escrito y ahí entra la señalización que la aprendemos como está escrita”, complementó la autoridad.

Por su parte, la concejala y vocal de la Comisión de Educación, Cultura, Turismo y Deporte del Concejo, Lola Terrazas, dijo que el informe presentado por Santelices “fue un jalón de orejas” para las autoridades municipales, tanto del Ejecutivo como el Legislativo, porque, si bien la señalización de calles y avenidas es tuición del primero, también dentro del Concejo Municipal se encontraron “horrores garrafales” ortográficos en algunos letreros.

“La ortografía en los letreros públicos es una cuestión de imagen y educación institucional porque si escribimos una calle mal, estamos enseñando a los ciudadanos que el nombre de esa vía se escribe mal porque la gente copia lo que está escrito y cree que está bien hecho”, destacó.

A su vez, el profesor y escritor Edgar Lora Gumiel señaló que, si bien es necesario que se coloquen las tildes que faltan a los nombres, es necesario también colocar señalética en otras zonas de la capital que carecen de las mismas.

“Hace falta una inversión para poner señalética a calles del Plan Tres Mil o la Villa Primero de Mayo, que aún no las tienen y también si se va hacer el cambio (de nombres) a las calles se tiene que tomar el referente histórico de la persona corroborando con su partida de nacimiento o algunos de sus certificados: bautizo, matrimonio o defunción”, señaló el profesional.