8 de marzo de 2023, 4:00 AM
8 de marzo de 2023, 4:00 AM


El 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer, formalizado por las Naciones Unidas en 1975. En Bolivia, a pesar de los avances normativos, todavía no tenemos mucho que festejar, debido a múltiples factores, entre ellos la discriminación de la mujer en muchos ámbitos, pero sobre todo los constantes hechos de violencia física y psicológica que se producen cotidianamente.

La realidad de los casos es alarmante, a pesar de que en la Constitución Política del Estado Plurinacional de 2009 se incorporaron casi una treintena de artículos que garantizan los derechos de la mujer; por ejemplo, el art. 15, que conceptualiza el derecho de las mujeres a vivir libres de violencia, señalando como una prohibición expresa la violencia, tanto en la familia como en la sociedad.

Por otro lado, Bolivia cuenta con la “Ley integral para garantizar a la mujer una vida libre de violencia” (Ley N°348), la cual reconoce distintas formas de violencia, pasando su tratamiento al ámbito penal. Se establecen nuevos tipos penales, como el feminicidio, el acoso sexual, la violencia familiar o doméstica, la esterilización forzada, el incumplimiento de deberes, los padecimientos sexuales, los actos sexuales abusivos. De igual manera, se incorpora como delitos contra la mujer la violencia económica, la violencia patrimonial y la sustracción de utilidades de actividades económicas familiares. También señala como violencia cualquier acción u omisión, abierta o encubierta, que cause la muerte, sufrimiento o daño físico, sexual o psicológico, que genere perjuicio en su patrimonio, en su economía, en su fuente laboral o en cualquier otro ámbito, por el solo hecho de ser mujer.

Todo daño contra las mujeres y las niñas constituye una violación de sus derechos humanos y las libertades fundamentales, puesto que les impide, total o parcialmente, gozar de dichos derechos.

La violencia representa una manifestación de relaciones de poder, históricamente desiguales entre el hombre y la mujer, que han conducido a la dominación de esta última y a su discriminación, impidiendo su desarrollo pleno. Asimismo, es uno de los mecanismos por el que se fuerza a una situación de subordinación respecto al hombre y constituye una expresión de desigualdad.

No obstante, en cuanto al desarrollo constitucional en relación a los derechos de la mujer y demás leyes no ha habido un progreso importante en el camino de disminuir las altas tasas de actos de violencia hacia la mujer y los feminicidios han aumentado en nuestra sociedad.

De acuerdo al informe del defensor del pueblo, denominado “Estado de cumplimiento de las medidas de atención y protección a mujeres en situación de violencia en el marco de la Ley N.º 348”, los datos son preocupantes. Señala que “por cada 100 mujeres, 75 declararon haber sufrido algún tipo de violencia por parte de su pareja en el transcurso de su relación. El 39% de las mujeres casadas o en unión libre sufrió violencia psicológica durante el último año; 20,7% violencia física; 15,3% violencia sexual y 15,1% violencia económica. De un total de 502.604 mujeres separadas, divorciadas y viudas de 15 años o más, a nivel nacional, 441.355 han vivido algún tipo de agresión por parte de su expareja (81,2%). De este total, el 68,2% sufrió violencia física, el 61,2% violencia económica y el 48,2% violencia sexual (INE, 2016).

Si a esto le agregamos que Bolivia tiene una de las tasas más altas de feminicidios de la región y los porcentajes más bajos de resolución de casos, los cuales oscilan entre un 2%, es posible afirmar que en nuestro país existen altos niveles de impunidad en este tipo de delitos (Fundación Construir). El citado informe defensorial indica que durante el 2015 y marzo del 2018, el Ministerio Público registró un total de 386 casos, de acuerdo a esta cifra Bolivia tendría una tasa de 2,16 feminicidios por cada 100.000 mujeres. En el 2021 hubo más de 108 feminicidios, menos de 10 con sentencia, lo que indica el bajo nivel de casos con sentencia firme. De acuerdo a datos del Ministerio Público, en el año 2022 se produjeron 94 feminicidios, al parecer hubo una leve disminución de casos.

Estas cifras nos demuestran la gran cantidad de casos de violencia de género que se producen de manera cotidiana, solamente por el hecho de ser mujer. Dichos delitos responden a construcciones patriarcales, sustentadas en costumbres, valores socioculturales, prácticas discriminatorias y lenguaje sexista, que colocan a la mujer en situación de inferioridad y desigualdad, producto de las estructuras políticas, sociales, culturales e ideológicas de la sociedad y el Estado.

En este contexto, la violencia de género vulnera el principio de dignidad y no discriminación, así como los derechos humanos de las personas. El bien jurídico es pluridimensional, ya que atenta contra diversos bienes jurídicos fundamentales como la vida, la integridad física y psicológica, la igualdad, la libertad, entre otros.

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