Opinión

Domingo 7: elecciones

3 de marzo de 2021, 5:00 AM
3 de marzo de 2021, 5:00 AM

Hay certeza que al oficialismo no le irá bien en las próximas elecciones a gobernadores de departamento y alcaldes municipales. Eso lo saben los líderes del MAS. No faltarán los que creerán que esto sucederá por haberse elegido para los comicios un día considerado popularmente de mala suerte. Pero también habrá quienes, pese a callar, saben que el motivo de los malos resultados, se debe a 4 meses de prepotencia, malas decisiones, arbitrariedad y fracaso en el manejo del Estado.

Esto ha dado lugar a las torpes acciones ilegales de una administración de justicia totalmente alineada con el partido de gobierno, y dispuesta a convalidar errores e incitativas a tomar medidas abusivas e ilegales, especialmente con los candidatos que, con seguridad, cuentan con mayor apoyo ciudadano. Acaba de suceder con una citación judicial al candidato a gobernador Luis Fernando Camacho, que encabeza todas las encuestas. También se pretende inhabilitar al candidato a alcalde de Cochabamba, Manfred Reyes Villa, quien, sin ninguna duda, tiene el apoyo mayoritario de los votantes de su ciudad, lo que anuncia graves trastornos para el Gobierno.

Hay declaraciones injuriosas contra el candidato a alcalde de La Paz, Iván Arias, y amenazas contra la candidata a alcaldesa de El Alto, Eva Copa, disidente del MAS. Tampoco se puede dejar de mencionar la fallida citación judicial a la expresidenta Jeanine Áñez, candidata a gobernadora de Beni. Eso no prosperó por ser una violación de la ley que establece que los mandatarios solo pueden ser encausados por la Asamblea Legislativa.

Mientras tanto, el presidente Arce Catacora, ya involucrado en la campaña electoral, reitera que solo coordinará si los gobernadores y alcaldes electos son de su partido: el MAS. Esta amenaza, muestra que las elecciones no serán “libres, justas y basadas en el sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía”, según lo establece el artículo 3° de la Carta Democrática Interamericana, aprobada por unanimidad por los países miembros de la OEA.

Perder elecciones para el populismo es inaceptable. Esto es más evidente, si se considera que el ahora presidente Arce, durante su campaña electoral, afirmó que su gobierno irá hacia el socialismo, siguiendo el modelo del Gobierno de la Cuba de los Castro. Esto significa que el propósito es instalar un régimen extremista de partido único. Y, para ello, requiere apoyo generalizado que no se advierte. Estos retrocesos electorales suelen ser producto de la soberbia: se da por hecho que el MAS cuenta con una mayoría permanente. Se procura ignorar que hay cambios de opinión en la ciudadanía. Es el “corsi e ricorsi” de Giambattista Vico: “La historia no avanza de forma lineal, sino en forma de ciclos...” y el ciclo del populismo está terminando.



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