Opinión

El aborto es un derecho humano de las mujeres

18 de enero de 2021, 5:00 AM
18 de enero de 2021, 5:00 AM

No se escandalice, ni me mande al infierno. Es hora de debatir un tema que va más allá del credo religioso, de las posiciones ideológicas de derecha e izquierda, o de las ideologías de género y feministas. El complejo asunto del aborto libre y legal, no es un tema exclusivamente de las mujeres, sino de la sociedad en su conjunto.

El aborto es un tema esencialmente político, social y de derechos humanos. El filósofo argentino Mario Bunge, señala que el aborto no debería ser tema de debate o de polémica, en un Estado laico. En su libro Filosofía política demuestra que el aborto en Estados Unidos, ayudó a disminuir los índices de criminalidad. “El aborto libre reduce la criminalidad”, puntualiza. Bolivia es un Estado laico, que el año pasado registró 113 feminicidios y más de 50.000 denuncias de violencia contra la mujer.

Una señora encargada de limpieza de una empresa, me expresa su preocupación y con lágrimas en los ojos, indica que su hija de 18 años está embarazada, “ella está destruida, no quiere al bebé”. El joven que la sedujo dijo que él no era el responsable de ese embarazo. Como siempre es la misma figura que se repite en estos casos. “¿Qué debo hacer licenciado, la hago abortar o no?”.

Un caso real, cuyo dilema se viene repitiendo y representa a muchas jovencitas que por falta de cuidado y de información, después de sus primeras relaciones sexuales, llegan a embarazarse y para quienes el mundo se acabó y temen que la sociedad las apunte.

Con seguridad a la señora desesperada le llueven las preguntas o las inquisiciones de propios y extraños: ¿Comete o no comete delito? ¿Va contra las leyes de Dios, en el que ella cree? ¿Es matar a un ser humano? ¿Qué dirán las amigas de la señorita la acusarán, la molestarán? ¿Cuál es la mejor opción que deben asumir? ¿Si muchas lo hacen, porqué ella no puede hacerlo? ¿Cuándo abortar? ¿Dios se enojaría o no diría nada? ¿El feto es un ser humano? ¿Y qué de esa otra vida, de la señorita que tiene muchos sueños y de pronto su vida está en el abismo?

¿Qué significa abortar? La Real Academia Española lo define: “Dicho de una hembra: interrumpir de forma natural o provocada, el desarrollo del feto durante el embarazo. Biol. Dicho de un órgano: desarrollarse parcialmente sin que llegue a ser funcional”.

El aborto es uno de los dilemas filosóficos más graves y uno de los temas más controvertidos en la sociedad boliviana. Pero que en la realidad cotidiana hay que afrontarlos, como este caso concreto, y que no se resolverá con generar más debates entre quienes apoyan el aborto y quienes rechazan. Las posiciones son irreconciliables. Solo para que veamos la dimensión de la controversia entre el sí y el no al aborto, apreciaremos dos posiciones extremas. Además, siendo un Estado laico, no deberían aflorar los fanatismos ni los fundamentalismos religiosos, ideológicos o sexistas, sino afrontar una realidad en toda su dimensión, crudeza y grandeza.

La Iglesia Católica dice que el aborto es un asesinato y que por encima de todas las creencias y realidades sociales no se puede permitir que ninguna mujer decida este extremo. El aborto es un pecado, es una acción denigrante de la persona y un golpe a su fe en Dios o en la Divinidad. La jerarquía eclesiástica, como los pastores y profetas de las demás religiones rechazan y condenan el acto de abortar.

Pero al frente están los movimientos feministas y de derechos humanos que no le hacen caso para nada a lo dispuesto por el Vaticano. Son varios los argumentos, desde el hecho de que los sacerdotes no se embarazan, no conocen los sufrimientos, no saben de la pobreza y de la realidad de cada mujer embarazada, hasta los argumentos por la vida y los derechos que tiene esa mujer a decidir por su propio cuerpo y por lo que lleva adentro. Los hombres no se embarazan, solo se encargan de penetrar, eyacular dentro de la mujer, y gozar de ese instante, e incluso arengan denuncias de que el Vaticano protege y es cómplice de sacerdotes violadores y pedófilos, dicen las lideresas de estos movimientos. El debate es duro, agrio y tenso en todo momento.

A la señora le dije “sí, que aborte su hija”. Porque la vida de esa jovencita está destruida y porque no hubo amor en esa relación y porque es un derecho que ella tiene a decidir, decisión que debe ser amparada por las leyes bolivianas, como el de legalizar los abortos, porque también se debe precautelar, defender y amar la vida de la señorita, que debe luchar todos los días para ser feliz o tener las mínimas condiciones en su vida



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