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22 de enero de 2023, 4:00 AM
22 de enero de 2023, 4:00 AM

Gabriela Sanjinés, Directora del Instituto de Progreso Económico y Empresarial

La investigación está históricamente relacionada al papel que juegan o deberían jugar las universidades como grandes referentes del mundo académico, es pensada como esencial en el conocimiento científico. No podemos pensar en la generación de cualquier tipo de conocimiento sin que sea el resultado de una investigación.

Al respecto Francisca Ganga haciendo un análisis del aporte de Elinor Ostrom, Premio Nobel de Economía en 2019, indica que en la actualidad no se podría discutir que el conocimiento es un factor determinante del éxito de las sociedades, pues es la base de la construcción social y de su correspondiente vertebración con todo el tejido social.
Las preguntas que orientan una investigación deberían incluir los interrogantes en torno a quien toma las decisiones durante el proceso, el encuentro entre diversos actores a los que se refieren va a estar muy ligado a otros aportes importantes como son la coproducción y el bien común.

El uso del conocimiento como una necesidad social debe encontrar respuesta en la ciencia, su producción y gestión implica pensar en cómo lograr un beneficio social para una comunidad organizada con la participación y el apoyo de la misma.

Cuando hablamos de la investigación científica una de las ciencias relacionada directamente es la economía, cuyos aportes más relevantes están en función a la medición de la economía (indicadores económicos) y cómo interpretar, analizar sus resultados para poder medir el avance de sociedades y países.

Esther Duflo –Premio Nobel de Economía 2019– en su obra La buena economía para tiempos difíciles, defiende una buena economía como aquella que viene en auxilio de la resolución de los diversos problemas que tenemos como humanidad.

“Los economistas somos más como fontaneros; resolvemos problemas con una combinación de intuición basada en la ciencia, suposiciones basadas en la experiencia y mucho ensayo y error. Sin embargo, lo peligroso no es equivocarse, sino estar tan enamorados de las ideas propias como para impedir que los hechos se interpongan”, dice Duflo y recomienda que, para tener progresos, debemos volver constantemente a los hechos, reconocer nuestros errores y continuar.

Bajo este panorama los investigadores sociales y económicos tenemos que distinguir nuestros errores y continuar construyendo, la forma en la que hemos estado construyendo conocimiento y el para qué lo realizamos debe ir de la mano de un constructo de qué tipo de sociedad esperamos tener, no podemos solo mirar y hacer un análisis de nuestro entorno, sino que debemos integrarnos a la sociedad para poder construir conocimiento junto a ella y para beneficio de todos.

La coproducción o la construcción integrada de conocimiento debe darse en los tres sectores importantes que tiene una sociedad como son las universidades, Estado y empresas, a este no tan nuevo fenómeno se le ha dado el nombre de la triple hélice, donde se reconoce la importancia del intercambio de conocimientos y por ende de relaciones, donde lo esencial está en aunar esfuerzos para que las investigaciones que realizan las universidades sean en coproducción con el sector empresarial y gubernamental.

El objetivo es que, al influir positivamente en los indicadores del sector empresarial, estamos influyendo positivamente en los indicadores de generación de empleo directo e indirecto y generación del aporte a la economía en general, en el aporte al Estado por un bien común.

Cierro el artículo con la frase de Santiago Alzugaray: “El conocimiento es una herramienta poderosa, nunca única, siempre combinada, en la búsqueda de mayores niveles de inclusión social”.

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