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27 de noviembre de 2024, 3:00 AM
27 de noviembre de 2024, 3:00 AM

El Hospital Oncológico de Santa Cruz difundió a través de la prensa que los pacientes con cáncer bucal aumentaron en número de 411 casos en 2023 a 422 este año que termina (2024) y que la mayoría de estos pacientes son jóvenes comprendidos entre los 18 y 30 años de edad. Dijeron también que “somos uno de los países que presentan la incidencia más alta en diagnóstico de cáncer bucal a nivel de Latinoamérica” (El deber, 26/11/2024).

“Incidencia” es un término epidemiológico. Es el parámetro que identifica casos nuevos en un determinado lapso. Como no conocemos la “prevalencia” del cáncer de boca en Bolivia (los casos existentes de varios años), con un poco de esfuerzo podríamos decir que la “incidencia” anual del cáncer bucal en Santa Cruz es de 11 para los años 2023 y 2024. No está bien hacer esto con tan pocos datos, pero lo hacemos para utilizar adecuadamente los términos epidemiológicos que además deben expresarse en valores llamados “tasa”.

Por otra parte, la “prevalencia” de cáncer oral en Latinoamérica, es decir los casos existentes, varían de 0,83 a 6,23 %, dependiendo de los países donde se presenta (Sider Fusion GPT 40). En cuanto a la incidencia, en Cuba es de 5,18; en Brasil de 4,38, Uruguay 4,62  y así sucesivamente (Idem). En este punto, si se llegara en el futuro, a corroborar los datos del Hospital Oncológico de Santa Cruz, sería un dato realmente alarmante.

Hay que aclarar que los datos presentados tan oportunamente por los colegas del Hospital Santa Cruz, están enmarcados en el registro cotidiano que lleva a cabo este nosocomio. No son datos producto de un estudio planificado y ejecutado como tal… y es comprensible, dadas las carencias que sufren nuestros hospitales en todo el país. El solo hecho de haber podido separar, ordenar y clasificar las historias clínicas de estos pacientes, ya es encomiable, porque no es una actividad comprendida en las tareas de los galenos, puesto que ningún hospital del país, sea público o privado, cuenta con presupuestos para tareas de investigación científica. Felicitaciones a los colegas que se dieron tiempo y dedicación para efectuar una tarea muy importante para la salud pública del país.

¿El el “bolo” o “acullico” capaz de ocasionar cáncer de boca? A pesar de lo mencionado anteriormente, yo diría que si, aunque solo sea como una hipótesis a ser comprobada. ¿Qué falta entonces para comprobarlo? Hacer un estudio periódico, en este caso regional (en Santa Cruz), del consumo de hoja de coca como “bolo” o “acullico” y relacionarlo epidemiológicamente con los casos de cáncer bucal. Ya existe un dato recogido por el Centro Latinoamericano de Investigación Científica (Alcaraz et.al) el año 2000 que daba como dato de “acullicadores” cruceños de 5,8% (prevalencia de mes, es decir el consumo de hoja de coca una o más veces durante el último mes de realizado el estudio) para ese año. El consumo de hoja de coca, en todas sus formas (mate, ritos místicos, salud) daba un porcentaje de prevalencia de 10 % para el último mes. Es probable que, para nuestros días, esos datos hayan quedado chicos.

Escribí hace unos días atrás una columna sobre cómo llamaba la atención el aparente incremento del “bolo” o “acullico” en Santa Cruz, que obedecía al primer paso del método de investigación científica: LA OBSERVACIÓN que a su vez tiene sub-etapas; por ejemplo, para el caso que nos ocupa, hay que partir de la premisa que, desde el punto de vista estrictamente científico, el “bolo” o “acullico” no es ninguna actividad beneficiosa, más bien todo lo contrario.

Al despojarnos, como cientistas, de todo el manto político que cubre a la hoja de coca, veremos que el paraguas político la cubrió totalmente y difundió mitos que se dieron por verdades y la presentaron como una panacea universal, capaz de solucionarlo todo. Liberados de esta visión equivocada, veremos en el marco teórico de la propuesta, que, por ejemplo, el “bolo” o “acullico” no evita las caries dentales, más bien las provoca (“Informe de la Comisión de estudio de las hojas de coca”, Mayo de 1950, Consejo Económico y Social, Actas Oficiales, duodécimo período de sesiones, suplemento especial N° 1, NNUU, Lake Succes, Nueva York, Julio de 1950; Celin Bolivia- Alcaraz et.al. “La coca del Siglo XX en Bolivia, La Paz, Bolivia, 2000; “Lesiones en la mucosa bucal por el uso de hojas de coca –“Erithroxilon coca”- en el grupo etáreo de varones de 20 años de la provincia de Jujuy, Argentina, Revista de la asociación de odontología argentina, Bs As 1973.

La anterior lista de bibliografía dedicada a este estudio, así como a las lesiones que provoca el “bolo” o “acullico” que van desde las conocidas “aptas”, pasando por el “Leucoedema”  (“Leukoedema in adicts to coca leaves in Humahuaca, Argentina”, community Dentistry and oral Epidemiology (Kobenhavn) Bs As, Argentina, 1975), hasta las alteraciones capaces de provocar cáncer aportadas por el Hospital Oncológico de Santa Cruz, no son hechos que se los puede desechar alegremente, hay que prestarles atención y dejar de defender lo indefendible. El “bolo” o “acullico” es dañino y así se lo debe considerar. Después de todo, políticamente se puede decir cualquier cosa; científicamente, la verdad siempre es replicable… e indiscutible. Bien por el Hospital Oncológico.        

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