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19 de septiembre de 2022, 4:00 AM
19 de septiembre de 2022, 4:00 AM

Por Álvaro Durán Tarabillo, Ing. civil

Tuve ocasión de leer un atinado artículo del Ing. Oscar Baldivieso M. acerca de los aspectos socioeconómicos que rodearon a la utilización de la loseta hexagonal de hormigón para pavimentar las calles arenosas y barrosas de Santa Cruz de los años 60-70.

A manera de complemento, exponemos nuestro punto de vista técnico, fruto de la experiencia que adquirimos en esas épocas en el Comité de Obras Públicas de entonces. Para analizar el cambio del pavimento de losetas por pavimento asfáltico, debemos tener en cuenta los siguientes conceptos.

- El nivel del pavimento no puede modificarse, porque ese nivel recibe las aguas de lluvia de las casas vecinas y sus patios

- La loseta de 10 cm de espesor, tiene un soporte equivalente a 25 cm de capa base (ripio). Este índice fue medido en laboratorios de Brasil, de donde se importó esta técnica, cuando se iniciaron los primeros trabajos de enlosetado en 1966.

- Con ese detalle anterior, la carpeta asfáltica de 5 cm de espesor precisa una capa base de soporte de 20 cm mínimo de espesor, para igualar el soporte de la loseta.

- El enlosetado de algunas calles del centro de la ciudad y zonas arcillosas tiene una capa base de 10 cm, pero la mayor parte de las calles enlosetadas no tiene esta base

- En las estadísticas de los primeros años de enlosetado y pavimento asfáltico de Santa Cruz, el costo de ambos tipos de pavimento era el mismo, pero la vida útil del asfaltado resultaba la mitad de la del enlosetado.

Partiendo de esos conceptos, para hacer el cambio en cuestión, la empresa constructora deberá retirar la loseta y al menos 15 cm adicionales de “tierra compactada”, que puede considerarse un puente natural formado a través de los años, luego deberá compactar ese nivel (subrasante), poner la capa base de 20 cm, compactarla también y finalmente colocar y compactar la carpeta asfáltica de 5 cm.

Los principales problemas van a surgir entonces luego de retirar el “puente” citado y compactar la subrasante, son los mismos problemas que en su momento enfrentaron quienes participamos en el enlosetado y pavimentación de muchas calles y avenidas de Santa Cruz, que fueron los continuos reventones de las conexiones domiciliarias de agua y de alcantarillado, a veces de las matrices, la aparición de “colchones” (tierra arcillosa e inestable), los cambios de ese material, etc, lo que atrasará grandemente los trabajos con el consiguiente perjuicio al vecindario y al tráfico.

Conversando con los ingenieros que están supervisando la obra, nos dijeron que ya coordinaron previamente con Saguapac la profundización de las conexiones domiciliarias, de lo cual no tenemos constancia. Sin embargo, tal profundización no debe ser importante, pues las mismas matrices, principalmente de agua, no están lo suficientemente profundas.

Un ejemplo de este torpe proceder lo vivimos en 1992 en el Tercer Anillo Interno a pocos metros del Mercado Abasto, cuando solo se tenía una vía central enlosetada. Sin obstáculo de cañerías de por medio, la Alcaldía levantó extrañamente 120 m. de enlosetado para nivelar un bache de 10-15 metros. El resultado fue desastroso y la vía estuvo cortada por más de 3 meses. Habían roto el puente compactado de debajo de las losetas, aparecieron los colchones, vinieron las lluvias, etc.

Si la Alcaldía va a invertir Bs 30 millones en este disparate, con la décima parte se hacía una buena nivelación y mantenimiento del enlosetado del centro de la ciudad y se disponía el resto para otras obras más importantes, como el entierro de la horrible maraña de cables aéreos que lo afean enormemente.

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