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24 de junio de 2022, 4:00 AM
24 de junio de 2022, 4:00 AM

El coeficiente de Gini es una medida de la desigualdad ideada por el estadístico italiano Conrado Gini. Normalmente se utiliza para medir la desigualdad en los ingresos dentro de un país, pero puede utilizarse para medir cualquier forma de distribución desigual. El coeficiente de Gini es un número entre 0 y 1, donde 0 se corresponde con la perfecta igualdad (todos tienen los mismos ingresos) y donde el valor 1 se corresponde con la perfecta desigualdad (una persona tiene todos los ingresos y los demás ninguno). El índice de Gini es el coeficiente de Gini expresado en referencia a 100 como máximo, en vez de 1, y es igual al coeficiente de Gini multiplicado por 100. Una variación de dos centésimas del coeficiente de Gini (o dos unidades del índice) equivale a una distribución de un 7% de riqueza del sector más pobre de la población (por debajo de la media) al más rico (por encima de la media).

Aunque el coeficiente de Gini se utiliza sobre todo para medir la desigualdad en los ingresos, también puede utilizarse para medir la desigualdad en la riqueza. Este uso requiere que nadie disponga de una riqueza neta negativa.

La revista The Economist, en una reciente publicación, construyó un gráfico que explica, la desigualdad de los principales países de América Latina. El estudio muestra a Brasil, Honduras y Colombia con más de 50 puntos siendo los países donde más se ha profundizado las desigualdades, mientras que El Salvador, Uruguay y Chile (32 puntos promedian los tres) aparecen como los países con menos desigualdades en su estructura económica. Nuestro país Bolivia se encuentra más o menos al medio de la gráfica con 42 puntos, lo cual no deja de ser preocupante y desnuda la cruda realidad boliviana donde en los últimos años se profundizó la desigualdad profundamente. No es un fenómeno de América Latina, ni fue el covid, las políticas adoptadas no funcionaron. Las marchas no fueron gratuitas, se requieren cambios de fondo.

El coeficiente de desigualdad toma mucho tiempo en cambiar, ya que captura la distribución de ingresos en toda la economía, siendo 0 una igualdad perfecta y 100 la desigualdad total. El comportamiento de América Latina, aunque lento, viene mostrando algún éxito. En general, nuestras sociedades (las latinoamericanas) profundamente desiguales, registran una tendencia positiva hacia una mayor equidad. Por tanto, la posición medianera de nuestro país que desde hace mucho tiempo gasta más de lo que recibe, puede sin lugar a equivocarnos que las desigualdades se podrán incrementar y no existirá bloqueo, marcha o protesta que lo ataje.

Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), indica que, para superar los inconvenientes de desarrollo y desigualdad, los países de la región deben dinamizar la inversión publica en materia de infraestructura o Investigación y Desarrollo. Es evidente que esto debe realizarse eficientemente. La salud y la educación son aspectos primordiales en la reducción de la desigualdad, tanto social como de ingresos. La inversión en investigación y desarrollo tiene que apuntar a fortalecer la competitividad, generando mayor dinamismo nacional y regional. También se considera que, para lograr el objetivo de la inversión a largo plazo, se debe tener un sistema impositivo que4 recaude tributos de manera adecuada y transparente, ya que los impuestos pueden ser muy útiles para financiar los mecanismos para reducir las desigualdades y disminuir gradualmente la pobreza. En todo caso, este Coeficiente de Gini que hoy tuvimos que recordarlo especialmente porque los encargados de construir y llevar adelante las políticas económicas de nuestro país que desde que asumió el actual gobierno, están más preocupados con repartirse el poder y se han olvidado algo muy importante, en Bolivia hay desigualdad y sólo hay  una receta, trabajar y dejar trabajar a todos. 

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