.

El Deber logo
30 de julio de 2024, 4:00 AM
30 de julio de 2024, 4:00 AM

Hugo Rodríguez

Jefe Asuntos Económicos de CAINCO

Bolivia mueve más de 20 millones de toneladas de carga al año. El 90% se mueve por carretera y por tanto depende, sino es su totalidad, en gran medida del diésel como fuente de energía. Según datos oficiales, el año pasado se comercializaron en el mercado interno 2.384 millones de litros (MM L/año) de diésel. En el mismo período, la producción de este hidrocarburo fue de 343 MM L. La diferencia, tuvo que ser importada y le costó al contribuyente $us 1.809 millones, aproximadamente.
Mientras el movimiento de carga de comercio exterior, que mueve cerca de 12 millones de toneladas al año, depende del diésel, el comercio interno no es menos importante, aunque es probable que éste dependa también de otras fuentes de energía como la gasolina y el GNV. Según datos oficiales de 2023, ese año se comercialización 2.328 MM L. de gasolina mientras que su producción fue de 1.020 MM L. En este caso, la importación, le costó $us1.233 millones, aproximadamente.
El país importa poco más de dos terceras partes del diésel que consume y poco más de la mitad de la gasolina que consume. Esta importación se paga bajo mecanismos convencionales a precios internacionales. Esto quiere decir que, considerando datos promedio del año pasado, el país pagó poco más de $us 3.300 millones. La cifra no es menor y requiere ser financiada año tras año, en dólares estadounidenses. Al final del día, la planificación del movimiento de carga, de productos finales e insumos; y de personas, depende que eso sea así.
Pero eso no es todo. Desde 2004 la política pública decidió fijar un precio tope al barril de petróleo de $us 27.11. De igual manera, los distintos márgenes de la cadena de hidrocarburos se mantuvieron sin cambios. Desde entonces, el precio de venta del diésel al mercado interno, es de Bs 3.72 y de la gasolina común en 3.74, precio pagado tanto por justos, como por pecadores.
La diferencia entre el precio internacional del litro gasolina y de diésel ($us 0.89 por litro de diésel y $us 0.94 por litro de gasolina con datos promedio de 2023) pagada al proveedor internacional y el precio de venta al mercado interno, la asume el Estado a través de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB). El subsidio al diésel y la gasolina le costó al país el año pasado $us 2.200 millones. Esto implica una pesada carga para la Administración que explica una parte importante del desbalance en las cifras fiscales.
De igual manera como sucede con una familia, todo exceso de gasto debe ser financiado. ¿Cómo financiaron las autoridades este desbalance los últimos años? Recurriendo al endeudamiento externo, a créditos de la Autoridad Monetaria y al financiamiento de Inversionistas Institucionales, entre ellos, la Gestora Pública. Vale decir, a recursos de los aportes para la jubilación. La acumulación de deuda en cada uno de estos ítems, tiene repercusiones diferentes, no triviales, sobre la economía.
De un tiempo a esta parte, la planificación de envíos y recepción de carga, de insumos para la producción y de bienes terminados no ha sido regular. Son cada vez más recurrentes las filas de camiones que llevan varados días esperando abastecerse de diésel. Se está a la espera del atraque de dos o tres buques con diésel y de un número mágico de camiones cisternas varados en la frontera…. ¿Y después? … Por cómo van las cosas, no se ve una salida definitiva.
Mientras tanto, las respuestas han sido el ajuste de inventarios, el ajuste de presupuestos y, como indican algunas encuestas, el ajuste de las expectativas de las familias que ven cada día más desafíos a pesar de tener un combustible barato.




Tags