20 de septiembre de 2022, 4:00 AM
20 de septiembre de 2022, 4:00 AM

Por Oscar Ortiz Antelo - Exsenador y exministro de Estado

El espíritu de Expocruz es la iniciativa privada y refleja la convicción de un pueblo profundamente comprometido con su propio progreso, que no reconoce límites ni obstáculos en su búsqueda de la prosperidad, aunque durante siglos su ubicación en el centro de Sudamérica parecía condenarlo a la lejanía de todo y al olvido en su propia nación. La Expocruz cumple 60 años que se deben celebrar como un ejemplo de contribución a la generación de riqueza con un gran efecto multiplicador para beneficio de Santa Cruz y Bolivia.

Ese espíritu de soluciones privadas a los problemas públicos por el cual Santa Cruz ha ido labrando su propio desarrollo basándose en la producción y el emprendedorismo, constituye el modelo cruceño, en el cual la sociedad civil es la protagonista de los principales proyectos sobre los cuales se ha fundamentado el crecimiento de un departamento que hoy constituye la principal fuente de oportunidades y esperanza para la gran mayoría de los bolivianos.

En un país donde a poco de cumplir 200 años de vida republicana las instituciones son débiles y están marcadas por la inestabilidad, la Expocruz cumple 60 años gracias a la complementación y la cooperación de sus dos entidades socias, las que representan los sectores que han constituido desde mediados del siglo XX las bases fundamentales del desarrollo, la agropecuaria, la industria y el comercio, los servicios y el turismo, aglutinados en sus organizaciones matrices, la CAO y la Cainco.

Esta complementariedad entre la economía de lo urbano y lo rural le da un carácter único, puesto que continúan fusionados en una misma muestra ferial la exposición de animales, cuyos ejemplares exhiben el alto desarrollo de la genética y la zootecnia cruceña, con la exposición de los avances de la tecnología para la producción y el consumo.

Igualmente significativa es la fusión de bolivianos de todas los orígenes y procedencias que por sus calles caminan unidos por la búsqueda de lo nuevo, tanto aquellos que procuran comprar maquinarias para mejorar su producción, lograr representaciones para ampliar su actividad comercial o la prestación de servicios, como aquellos cientos de miles de familias que pasean con sus hijos, a quienes desde pequeños llevan a admirar los frutos de la actividad empresarial, con lo cual están sembrando la semilla que después será el germen de nuevos líderes y emprendedores que continuarán esa búsqueda de nuestro propio Dorado, aquella ciudad ya no de oro sino de algo mucho más valioso, el talento humano y las ganas de salir adelante.

Es el espacio donde todos los años cientos de miles de personas se encuentran con los expositores internacionales, rompiendo las barreras autoimpuestas de una mentalidad aislacionista, de desconfianza y de rechazo hacia lo extranjero, sobre la cual se ha construido la narrativa centralista de la historia boliviana del último siglo. No solo ello, sino que con su evento hermano, la Rueda de Negocios Internacional Bolivia, que se realiza hace ya más de 31 años y gracias a la cual se han organizado más de 200.000 reuniones de negocios, se ha convertido en la principal fuente de atracción de inversiones, desarrollo de exportaciones e importación de tecnología y productos de ultima generación, contribuyendo más a la promoción de Bolivia en el exterior que el Ministerio de Relaciones Exteriores y todas sus embajadas y consulados, sin que le cueste un solo centavo el erario nacional.

Y, muy especialmente, es una gran generadora de noticias positivas, una época del año en la que da gusto ver los noticieros puesto que durante el periodo de su realización los tradicionales conflictos que tienden a ocupar el centro permanente de la agenda mediática nacional, son relegados a un lugar secundario por la información originada en los logros de los productores, en la muestra de los emprendedores y en la apuesta de quienes nos visitan del exterior para buscar y concretar negocios con y en Bolivia.

De esta forma, se disemina un mensaje claro y motivador, se puede crecer y desarrollarse si se apuesta a las ideas del progreso y de la prosperidad, si se levantan las propias barreras, si se da rienda suelta a la creatividad, al trabajo y a la iniciativa de sus habitantes, convirtiéndose en la tierra de oportunidades que Santa Cruz ha logrado forjar gracias al espíritu de ese modelo cruceño, que tan cabalmente se ve representado por la Expocruz.

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