Opinión

El fracaso del MAS

12 de abril de 2021, 5:10 AM
12 de abril de 2021, 5:10 AM

Cuando ha pasado el auge de las materias primas y el mayor despilfarro de la historia del país, además de la fuga cobarde de su caudillo, al MAS solo le queda una bandera: el haber creado el “Estado plurinacional”. Lo que quiera decir eso habrá que preguntárselo a los dirigentes del partido español Podemos, que cobró a manos llenas por la idea, aunque ahora se ve que se llevaron el secreto, quizá para una nueva factura.

Durante 14 años en el gobierno, el partido del cocalero Morales cometió todos los pecados que estuvieron a su alcance, pero ahora, cuando ha vuelto al gobierno con un nuevo presidente, se ha propuesto beber hasta la última gota de la infamia. Sus operadores ya no pueden hacer grandes negociados, como los que hicieron hasta la saciedad entre 2006 y 2019, y han sido encargados de ganar unas elecciones nacionales y luego subnacionales contando con la ventaja de un probado esquema de fraude.

Luego, los operadores lanzaron el proyecto de devolver al cocalero la silla presidencial y para eso ejecutan, todavía ahora, un golpe jurídico policial sin límites, a tal punto que llegaron a ordenar el secuestro de niños para obligarles a decir dónde estaban sus parientes. También han ordenado la detención de generales en ejercicio, pasándose por encima de la Justicia Militar, y los mantienen presos sin que se hubieran abierto causas en contra de ellos.

Pero el proyecto ha fracasado. El cocalero no podrá volver a la presidencia ni ahora ni dentro de cuatro años. No puede ahora porque el TCP no acepta declarar que la sucesión constitucional de noviembre de 2919 fue un “golpe de Estado”, ya que, en su momento dio reconocimiento formal al gobierno de Jeanine Áñez. Y no podrá volver en 2025 porque para entonces se habrán eliminado los factores de fraude que envilecen a la ley electoral. Sin fraude, el cocalero tendrá muy pocos votos, quizá sólo los de Chapare y de los barrios alteños donde predominan las fábricas de droga, próximos a Senkata.

¿Qué hacer? Sus operadores han decidido “fatigar la infamia”, como dijo alguna vez Vargas Vila y lo repitió Jorge Luis Borges con deleite. Han optado por proponerse denigrar a periodistas independientes. Calumnian a Casimira Lema, cuya casa fue incendiada en las jornadas de noviembre de 2019 por hordas masistas, las mismas que quemaron los 64 autobuses paceños. Y se han lanzado contra otros periodistas, decenas de ellos. Tampoco han tenido éxito.

Tendrán que aceptar la realidad. Ha concluido para siempre el ciclo del MAS. El país se ha librado de esa carga vergonzosa, de cocaleros y narcotraficantes. En los almácigos de la sociedad han comenzado a brotar los líderes de la nueva Bolivia.



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