El futuro es ahora
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Jean Pierre Antelo D.
Los laberintos, los espejos y el tiempo han sido la obsesión de Borges. En su obra, el tiempo es tan moldeable como ilusorio y se dibuja en un entramado infinito de posibilidades. Como Borges, me gusta pensar que es esa la esencia del futuro: un vasto número de oportunidades esperando ser tomadas por quienes se atreven a imaginar las posibilidades.
En un mundo tan vertiginoso como el nuestro, donde la tecnología redefine lo posible y las crisis nos ponen de cara a límites insospechados, esta perspectiva borgiana se torna más relevante que nunca. ¿Cómo encontrar la brújula para que cada paso sea una firme decisión, una pieza clave del futuro que queremos construir? No hay manera de desandar, pero si de encontrar bifurcaciones que permitan avanzar hacia lo posible y lo deseado.
CAINCO cumple, en 2025, 110 años de fundación y de cara a este importante hito hemos tomado la firme decisión, no solo de pensar en el futuro, sino de construirlo día a día. Hemos entendido que la manera en la cual nos adaptamos a este mundo cambiante, los movimientos y estrategias para enfrentar los momentos adversos que enfrenta el país, la innovación como camino para la eficiencia y mejora continua, no son solo el presente sino los pasos fundamentales que están construyendo el futuro.
En el mundo del emprendimiento, términos como “problema”, “solución” y “necesidad” son la base para la creación de negocios. Todo emprendimiento exitoso parte de identificar un problema real, tangible, que afecta a un grupo de personas o a un mercado específico. Ese problema se convierte en el punto de partida para diseñar una solución innovadora que no solo lo resuelva, sino que lo haga de manera eficiente y escalable. En este proceso, la necesidad se vuelve el puente que conecta al emprendedor con su cliente y es lo impulsa la demanda y valida la relevancia de la propuesta. Comprender profundamente estas dinámicas no solo permite desarrollar productos o servicios que tengan impacto, sino también construir modelos de negocio sostenibles que respondan al cambio constante del mercado. Mientras más soluciones innovadoras existan, más competitivo es el mercado y las personas encuentran más de una manera de resolver un problema.
Así, tanto en el mundo del emprendimiento como en la construcción de sociedades resilientes, la clave está en adoptar una mentalidad que vea en cada desafío o problema como una posibilidad de reinvención. Porque al final, como decía Borges, los laberintos no siempre llevan al extravío: muchas veces nos retan a imaginar futuros que, de otro modo, nunca habríamos encontrado.
Construir el futuro no es tarea sencilla y tampoco un camino solitario. Implica sumar esfuerzos y tejer redes y pensar que el futuro está no solo más allá de nuestro presente inmediato, sino más allá de las fronteras conocidas.
Hace un par de días Bolivia se convertía el quinto país de la región y en el quinceavo a nivel mundial en albergar el Centro de Emprendimiento (CE) de la International Chamber of Commerce (ICC), con CAINCO como su sede. En medio de un mar de noticias desalentadoras, de un contexto que evoca en las personas sentimientos negativos y desalentadores, esta es una buena noticia; que demuestra que Bolivia vista desde los ojos del mundo, es mucho más que incertidumbre, escasez e inestabilidad, es un terreno fértil para la creación de ideas y para exportar lo mejor que tenemos, nuestro espíritu emprendedor, resiliente e indomable.
El Centro de Emprendimiento de la ICC es un programa global que busca brindar herramientas, formación y oportunidades de conexión internacional al ecosistema emprendedor del país, donde la gran industria, las pymes, las startups; sin importar el sector, rubro o tamaño podrán dar pasos firmes y cargados de visión, donde el presente, sin importar lo desalentador que parezca queda atrás conforme los pasos hacia el futuro se van dando y, no en solitario, sino con el respaldo de una red global.
Desde CAINCO estamos convencidos de nuestro espíritu emprendedor, hoy en el mapa global, está listo para despegar y alcanzar nuevas alturas y con este paso agigantado, no solo pensar en la Bolivia que queremos sino la que tendremos.
Decía Borges que el futuro no es lo que va a pasar, sino lo que vamos a hacer, y lo creo, es lo que estamos haciendo, porque el futuro, es ahora.