15 de febrero de 2023, 4:00 AM
15 de febrero de 2023, 4:00 AM

El Movimiento Al Socialismo no ha podido instalar el relato de que en 2019 hubo un golpe en el país. Los argumentos no han sido suficientes, porque millones de bolivianos saben que estaban en las calles protestando contra el fraude que intentó hacer Evo Morales y su partido; los habitantes de este país vieron cuando el exmandatario y su vicepresidente renunciaron, y vieron también cómo dimitieron, uno a uno, los sucesores constitucionales, dejando un peligroso vacío de poder. Pero como el relato es lo único que tienen para no cargar con el fraude y el caos desatado en Bolivia, ahora intentan imponerlo a la mala, con procesos tirados de los pelos y con la demanda de que los miembros de la Conferencia Episcopal sean convocados a declarar en el caso Golpe.

Cuando Bolivia ardía, la Conferencia Episcopal, el nuncio apostólico y diplomáticos de la Unión Europea y de Naciones Unidas fueron los que evitaron una guerra civil en el país. Había enfrentamientos en las calles entre quienes defendían a Evo Morales y quienes lo querían fuera de la Presidencia por el fraude electoral. Había quemas a viviendas particulares y una espiral de violencia que iba en aumento. Solo la mediación de estas organizaciones y el rol protagónico de los obispos y sacerdotes religiosos permitió devolver la calma a los bolivianos. Y ahora los quieren convocar a declarar, no se sabe si como testigos o como acusados.

La iniciativa es de Wilfredo Chávez, que es procurador del Estado y que utiliza esa función para defender a su ‘jefazo’, Evo Morales, antes que a los intereses de Bolivia. No hay que olvidar que este personaje llegó al absurdo cuando convocó a estudiantes a hacer un recuento de votos (dos años después de las elecciones) para posicionar la idea de que no hubo fraude. Por supuesto que fracasó en el intento.

Ahora, cuando Evo Morales está en problemas porque Luis Arce quiere ser el candidato a la Presidencia y tiene más poder para lograrlo, Chávez pretende reposicionar el tema del golpe para victimizar al jefe nacional del MAS e insistir en el relato del golpe de Estado.

Y para que haya contexto de la política nacional, solo hay que mirar unas cuantas décadas atrás y recordar que, cuando Evo Morales era dirigente cocalero y se enfrentaba a los gobiernos de turno, era él quien pedía la mediación de la Iglesia. También lo hizo cuando dejó la Presidencia y se fue del país, entonces tuiteó pidiendo mediadores para buscar una salida a la crisis política nacional.

Y quienes se sentaron a dialogar en la mesa donde estaban los mediadores fueron personas de la más alta confianza de Evo Morales. Ahora, una de ellas dice que los miembros de la Iglesia católica no tienen mucho que aportar si son convocados, lo que tiene la grandeza de decir es que los que ayudaron a instalar las conversaciones de paz, también ayudaron a restablecer la calma en Bolivia.

Lo lamentable es que Bolivia se sigue pareciendo a Nicaragua, donde el dictador Daniel Ortega persigue a los religiosos católicos solo por tener cuestionamientos a la tiranía que ejerce.

En las últimas horas, los obispos de Bolivia dijeron que acudirán si son convocados a declarar. Sin embargo, lo que menos hay en este país es confianza en la justicia, por lo que el pedido de llamarlos por el golpe solo genera indignación en la gente y la convicción de que el brazo autoritario pretende imponer el relato porque no tuvo argumentos para convencer de que hubo un golpe de Estado.

Tags