20 de noviembre de 2022, 4:00 AM
20 de noviembre de 2022, 4:00 AM

Hoy se cumple un mes de paro indefinido en Santa Cruz. Cuatro semanas en las que la ciudadanía está más empoderada que nunca. La población sabe cómo organizarse y sabe cómo hacer para que esta medida de protesta sea sostenible y que no falte la comida, ni en los puntos de vigilia ni en los barrios alejados. La fórmula se resume en las ollas comunes que expresan la solidaridad, característica de esta tierra.

En las rotondas y en los puntos más grandes de vigilia hay un fondo común, los vecinos dan y reciben donaciones para comprar carne, arroz, fideo, yuca, verduras y otros ingredientes que, a diario, se transforman en majadito, locro, patasca, guiso de fideo y hasta churrasco. No falta el talento culinario para preparar un plato al mediodía y otro en la noche. Ahí comen los vecinos que se concentran en los puntos de vigilia y bloqueo, así como quienes transitan por esos lugares y se acercan a pedir la ración correspondiente. De eso se trata la olla común, que es una marca de esta movilización y de otras que hubo antes.

El paro indefinido es un camino de lucha que cada día se pone más difícil. Se trata de organización vecinal autónoma; cuando dicen “paro” ya cada quien sabe cuál es su rotonda y su rol. Pero en estos días de noviembre se suma la ola de calor que está soportando Santa Cruz. Estar en vigilia bajo un árbol o bajo una carpa a más de 35 grados de temperatura no es tarea fácil. A ello se suma el sacrificio que significa paralizar la economía durante un mes, especialmente en los hogares que viven al día. Por eso, la solidaridad es una característica estratégica de un pueblo que está peleando por ser contado y por que los recursos le sean entregados de manera equitativa y que, a la hora de elegir, pueda tener los representantes necesarios en el Poder Legislativo, de acuerdo al número de habitantes.

No obstante, a estas alturas de la protesta, hay distorsiones inaceptables. Se trata de quienes pretenden lucrar con los bloqueos cobrando monedas para dejar pasar a los vehículos; de quienes agreden e insultan. Si la gente está en la calle exigiendo que el INE cumpla su trabajo y el Gobierno cumpla la Constitución, las acciones de los intolerantes y avivados solo desnaturalizan una medida de presión que, en general, ha sido pacífica y debe permanecer así.

A un mes de haberse iniciado el paro indefinido en Santa Cruz, los poderes Ejecutivo, Legislativo y Electoral se comprometieron a aprobar una ley del censo que garantice la redistribución de recursos de coparticipación y de escaños parlamentarios antes de las elecciones de 2025. El presidente cívico afirma que, desde el lunes, el estandarte de lucha lo van a portar los legisladores del departamento. Hay que valorar el sacrificio ciudadano para no despilfarrar esa energía acumulada que fue capaz de doblar el brazo a un gobierno que se cree todopoderoso.

Los cruceños muestran su determinación, se sacrifican a diario y están dando todo para conseguir el objetivo, que no es más que el cumplimiento de la ley a la que tanto se ha resistido el Gobierno.

Por eso, a estas alturas y con toda la convicción ciudadana, queda exigir que los legisladores, independientemente de su color partidario, actúen con responsabilidad y se alejen de las consignas políticas y sectarias. El sacrificio de los cruceños debe corresponderse con coherencia de parte de los representantes hasta llegar a una ley que dé certezas a todos.

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