En la primera jornada del paro, pese al mal tiempo, la gente resistió a los grupos que intentaron romper la medida cívica. Los comerciantes y los transportistas no salieron a trabajar

9 de agosto de 2022, 6:32 AM
9 de agosto de 2022, 6:32 AM


Las pititas tomaron fuerza en la primera jornada del paro cívico en la capital cruceña. En las diferentes intersecciones se asentaron vecinos que resistieron a grupos que intentaron romper la protesta en favor del Censo para el primer semestre del próximo año. El comercio y el transporte público no trabajó y la mayoría de las personas se quedó en sus hogares.

Desde la medianoche del lunes se fueron instalando los puntos de bloqueo, como sucedió para el 21-F. A las 5:30, en el Km 9 de la doble vía a La Guardia ya estaban dos puntos cerrados. Jóvenes con banderas de Bolivia y Santa Cruz gritaban que la medida es pacífica, por eso se permite el paso a las ambulancias y unidades policiales. 

Pese al descenso de las temperaturas y al mal tiempo, se volvieron a multiplicar las ollas comunes, los toldos y la gente manifestándose en contra de la postergación del Censo. Algunos llegaron hasta las lágrimas en sus impotencia por no ser escuchados por el Gobierno. 

Por la tarde, en la zona norte y otros sectores de la ciudad se reforzaron los bloqueos de vecinos.
Cerca de las 7:00, en el obelisco del Plan Tres Mil solo estaban algunas personas que lanzaban petardos. La circulación de micros era esporádica, aunque la tensión subió y hubo enfrentamientos.

Más temprano, en La Campana, Edgar Montaño, ministro de Obras Públicas, junto a simpatizantes del MAS y con la ayuda de un tractor levantó la tierra que impedía el tránsito de las movilidades. Estos puntos más tarde fueron reforzados por más vecinos que volvieron a cerrar ese sector.

En la doble vía a La Guardia y sexto anillo, este grupo llegó y con alicates rompió los alambres.

El mercado de Plan Tres Mil, como el de Los Lotes permanecieron cerrados. Los comerciantes no abrieron sus puestos de venta.

Alrededor de las 8:00 los ánimos se fueron caldeando, pues en el segundo anillo y Santos Dumont llegaron personas afines al partido de gobierno y desbloquearon el lugar. Hubo intercambio de insultos y se elevaron los gritos de No al paro y Censo ya. 

El grupo antibloqueo se movilizó en micros, taxis, vagonetas y camionetas. Adelante, como avanzada, un tractor verde les abría paso. La Policía miraba sin intervenir. Montaño sostuvo que buscan garantizar la circulación también por las carreteras con el objetivo de no afectar el abastecimiento de combustible. Dijo que volverán a despejar las vías, aunque se enojen las autoridades que impulsan el paro.

La protesta vecinal
Pese a las inclemencias del tiempo, las vigilias y los bloqueos persisten dentro y fuera de la capital cruceña, más en horas de la tarde luego de las represiones.

“La demanda es justa, por eso el vecino acata fielmente esta medida de presión”, indicó Nelson Robledo, dirigente vecinal.
Asimismo, destacó que cada punto de bloqueo se organiza “con sus medios y dispone merienda, café caliente o un buen almuerzo para quienes apoyen el paro de 48 horas”, remarcó. 

Por su parte, Estela Salvatierra, vecina del canal Cotoca y tercer anillo, aseveró que “el beneficio es para toda la ciudadanía. 

Sin comercio ni transporte
Mercados y supermercados permanecieron cerrados. Los hospitales sólo atendieron en emergencias; mientras que los de la seguridad social intentaron normalizar su atención, pero los pacientes no llegaron. En la terminal de Buses los operadores de transporte no trabajaron. Sin embargo, muchos adelantaron sus horarios de viaje.

En las provincias
La medida no se acató en algunos municipios, pero en otros como Portachuelo, Warnes, San José, San Ramón, Puerto Pailas, Pailón, Roboré, Concepción, Cotoca, Ascensión de Guarayos, San Ignacio de Velasco, Porongo y La Guardia, instalaron bloqueos.
En Puerto Quijarro bloquearon el Puente de la Amistad en la frontera entre Brasil y Bolivia.