La TCO Tacana de la comunidad Capaina muestra los daños en las plantaciones de cacao, que fueron alcanzadas por el fuego. También les preocupa los víveres para la olla común. Niños padecen enfermedades. Un comunario sufrió quemaduras

24 de noviembre de 2023, 4:00 AM
24 de noviembre de 2023, 4:00 AM


El fuego cede, pero deja necesidades en el sustento y la salud de las familias afectadas. En la comunidad Capaina Baja (San Buenaventura) las mujeres de la TCO Tacana muestran sus plantaciones de cacao completamente quemadas y les quita el sueño pensar cómo harán para la olla común porque los víveres se agotan. A los problemas respiratorios se suman las afecciones en la vista, que afectan especialmente a los niños. 

En esta comunidad viven 45 familias que, con mucho esfuerzo se habían ganado un espacio en el mercado nacional por cultivar cacao silvestre, de forma ecológica, es decir, mediante un manejo de suelo sin pesticidas ni químicos y en base a cultivos orgánicos. “Era un proyecto de las mujeres tacanas, pero ahora no queda nada. Lamentablemente el fuego nos rodeó por todos lados y se quemó todo el chocolate. Ahora no tenemos de dónde sacar porque el fuego también quemó los chacos con plátanos”, lamenta Nicol Velásquez, una de las comunarias afectadas. 

Piden el apoyo de las autoridades con planes de reactivación, pero también están preocupados por lo más urgente: la comida y la asistencia a los niños. “Los chicos han quedado mal por el humo, como si estuvieran intoxicados, la tos, la fiebre, los ojos, como si tuvieran mal de ojo, eso ha atacado sobre todo a los niños”, dice. 

“Para sembrar tenemos que esperar por los menos un año (para ver la producción), pero ahora se complica porque el suelo está quemado y no hay lluvias. Pido a las autoridades que nos ayuden con víveres, porque los que quedan se están acabando”, insiste.

Janeth Velásquez, otra comunaria, dice que es muy triste lo que están pasado. “Todo lo hemos perdido, nuestro chocolatal que tanto cuidábamos ha quedado en nada, se ha quemado todo. Es como si recién hubiésemos llegado a la comunidad”, lamenta en una entrevista a Río Televisión. 

Dice que en otras comunidades la necesidad es similar porque, al igual que ellos, en varias zonas estuvieron dos meses luchando contra el fuego y no lograron salvar sus cultivos, que es su única forma de sustento. 

Asistencia
En su afán por defender sus fuentes de agua, cultivos y viviendas, los comunarios salieron a enfrentar las llamas con pocas herramientas, expendiéndose al peligro. Hermán Chipunavi (37), de la comunidad Tres Hermanos, sufrió quemaduras graves en sus piernas y manos al intentar salvar el puente de acceso a la comunidad, que fue alcanzado por el fuego. Estaba por acostarse la noche del domingo cuando corrieron las alarmas de que el puente se estaba quemando. 

De chinelas y pantalón corto subió a su moto y fue lo más rápido que pudo hasta el sitio del incendio.
Al intentar aplacar las llamas, resbaló y fue alcanzado por el fuego. “Quería salvar el puente para que no nos quedemos aislados. Viene la lluvia y, si nuestro puente se deshace, quién lo va a reconstruir”, manifiesta desde el hospital de San Buenaventura, donde recibe asistencia.
Chipunavi es padre de cinco chicos, de entre 16 y 6 años, y le preocupa el sustento de su familia porque no sabe cuándo podrá volver a trabajar y, en su comunidad, los cultivos también fueron arrasados por el fuego. 

El llamado de la Defensoría
La Defensoría del Pueblo hizo un llamado a las autoridades para que brinden asistencia a las familias afectadas y observa que la Ley 602 de Gestión de Riesgo, que fue promulgada en 2014, ya no responde a la realidad actual.

“Ha sido muy doloroso establecer que nuestro Sistema de Gestión de Riesgos, que data del año 2014, no responde ya a la situación que vivimos en el país; sobre todo con esa asistencia humanitaria, que debería primar, y no en torno a las atribuciones y competencias que están establecidas; no responde a las condiciones climáticas actuales”, manifestó Claudia Flores, representante de la oficina nacional de la Defensoría del Pueblo.

Sobre la salud, observó reportes de infecciones oculares y respiratorias, rinitis alérgica, quemaduras superficiales y faringitis. Señaló que hay vulneración al derecho a la salud.

Al Ministerio de Salud pidió reforzar las acciones para la atención médica en las comunidades, sobre todo en aquellas que pertenecen a pueblos indígenas, originarios y campesinos. 

A los gobiernos autónomos municipales los insta a que realicen las evaluaciones necesarias, con “rapidez y emergencia” para la restitución de bienes y servicios a favor de las poblaciones afectadas. 

El trabajo de las brigadas
Por su lado, desde el Gobierno nacional informaron que están llegando con asistencia a las poblaciones afectadas. El Ministerio de Salud comunicó que tienen desplegadas brigadas de médicos en San Buenaventura y Rurrenabaque. Hasta el 13 de noviembre se dieron 2.151 atenciones. 

“En Rurrenabaque dimos 463 atenciones, en el municipio de San Buenaventura y comunidades se dieron1.688 asistencias médicas, haciendo un total de 2.151 consultas”, explicó el técnico de la Unidad de Desastres y Emergencias, Henry Tarqui. 

El funcionario de salud expuso que, dentro de la prevalencia de las enfermedades y el control epidemiológico que realizan las brigadas médicas que se han desplazado, se están atendiendo casos de conjuntivitis, cefalea, deshidratación, golpe de calor, faringitis e intoxicación.