Opinión

El peligro de jugar con fuego

12 de marzo de 2021, 5:00 AM
12 de marzo de 2021, 5:00 AM

Las reacciones de varios candidatos y sus instrumentos políticos ante los resultados de las elecciones subnacionales del pasado domingo no han variado sustancialmente respecto a otros comicios, según hayan ganado o perdido. Eso sí, entre los perdedores han coincidido en nuevamente tratar de adjudicar al Tribunal Supremo Electoral (TSE) la causa de su derrota.

Sobre la base del conteo rápido y el sondeo en boca de urna, es posible afirmar que uno de los principales derrotados ha sido el MAS. Por un lado, una vez más los resultados muestran que persiste el rechazo al liderato del expresidente fugado y su entorno. Por otro, que su incapacidad de revisar sus estrategias y propuestas los está conduciendo a la dispersión.

En ese contexto, y como ya ha sucedido en otros eventos en los que aparecen como perdedores, los representantes de la línea dura han asumido una posición agresiva que puede traer peligrosas consecuencias.

Varios de sus voceros han salido nuevamente a exigir que el Ministerio Público agilice los procesos en contra de dignatarios de la gestión de Jeanine Áñez para enjuiciarlos por, dizque, el golpe de Estado que habrían organizado en noviembre de 2020. Además, ahora quieren enjuiciar a los ejecutivos de las empresas encuestadoras por engañar a la ciudadanía al publicar encuestas que aseguran serían amañadas. Finalmente, han dado a conocer su lista objetos de venganza: Manfred Reyes Villa e Iván Arias, virtuales alcaldes de Cochabamba y La Paz, y José Luis Camacho, virtual gobernador de Santa Cruz.

De acuerdo al vocero presidencial (que Reyes Villa informó que fue su asesor), las nuevas autoridades se dividen en rupturistas y democráticas. Las primeras, por haber participado en el supuesto golpe de 2020, una lista que encabezan los mencionados políticos. Las segundas, aquellas que tienen su origen político en el MAS, del que se retiraron por diversos motivos. Las rupturistas serían antidemocráticas por lo que no se puede trabajar con ellas. Las democráticas serían algo así como personas que se han equivocado pero que tarde o temprano retornarán al redil y con ellas sí se puede trabajar.

Lo interesante del caso es que al mismo tiempo que se sigue hablando de golpe, el presidente del Estado ordena que el país se alinee con China, Rusia y Venezuela para no condenar el sangriento golpe de Estado en Birmania. Fatal contradicción que termina de deslegitimar su ya manipulado relato del “golpe” en 2020, al mismo tiempo que da cuenta de su sumisión a los intereses de otras potencias.

Esas posiciones muestran, no más, una raíz esencialmente antidemocrática impuesta por los sectores radicales del MAS que, al parecer, recuperaron la conducción de ese partido e intentan por todos los medios llevarnos a una situación de confrontación en busca del poder hegemónico. Conviene recordar, en este sentido, una arenga del jefe ideológico del MAS pidiendo a los dirigentes cocaleros dar una línea política descolonizadora a las FFAA y la Policía, y que con expresiones parecidas se pronunció Hugo Moldis. Son dos dirigentes que tienen a su cargo las relaciones políticas del MAS con los gobiernos del socialismo del Siglo XX.

Lo que olvidan estos dirigentes es que cuando se cierran espacios democráticos, la ciudadanía busca otras formas de participar en la vida política del país, más aún cuando ya van cuatro oportunidades en las que la mayoría de la población dio al MAS sobre su contundente adhesión al sistema democrático: el referendo revocatorio de febrero de 2016; las elecciones de 2020 y la subsiguiente movilización que hizo huir del país al presidente de entonces acompañado de su círculo íntimo; las elecciones generales de 2021, proceso en el que los candidatos del MAS, particularmente el actual vicepresidente, ofrecieron crear escenarios de diálogo y conciliación, y en estas elecciones subnacionales.

Pero, se debe aclarar que no entender los mensajes de la ciudadanía no es patrimonio exclusivo del MAS. Las diferentes expresiones de la oposición a este partido, con notables excepciones, están en lo mismo. Su tendencia a la división y el personalismo, a ignorar lo que pasa en el país y, para peor, no saber en qué país están provocando también lamentables resultados. Basta ver la cantidad de candidatos que no han pasado el 5% de los votos y, en una implícita coincidencia con algunos sectores del MAS, tratar de curarse en salud acusando al TSE de realizar fraude. Eso muestra una mirada corta.

Se vienen días complicados. Lo positivo, insisto, es que la mayoría de la ciudadanía volvió a expresar su adhesión al sistema democrático, así haya demasiados sordos en los espacios de poder…



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