Morales planteó el reto de ganar 300 alcaldías y siete gobernaciones. Se vio una fuerte presencia de organizaciones sociales y populares, pero una marcada ausencia de la clase media y de los exministros que acompañaron la gestión de 14 años

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22 de noviembre de 2020, 18:25 PM
22 de noviembre de 2020, 18:25 PM

El Movimiento Al Socialismo tuvo su primer ampliado nacional luego de ganar las elecciones el 18 de octubre y lanzó un fuerte llamado a la renovación con miras a las elecciones de alcaldes y gobernadores. El salón de eventos de Casa Campestre fue el escenario del reencuentro de Evo Morales, expresidente del Estado, con Luis Arce Catacora, actual presidente, que se selló con un abrazo efusivo; y con David Choquehuanca, actual vicepresidente, que se dio con un apretón de manos.

Luis Arce Catacora se encargó de marcar el destino del encuentro. El actual presidente aún no domina el arte del discurso popular entonado y efusivo, pero con voz calmada, supo leer a su audiencia. Dijo que las dos cuadras de cola para entrar al evento demuestran que son el partido más grande del país, que el MAS es mayoría. Eso fue suficiente para que desde los delegados se inicie el primer canto: “Somos mayoría, carajo, somos mayoría”, gritaban, interrumpiendo al presidente. Luego les dijo que los ojos del país están puestos sobre el ampliado, que él ha recorrido los nueve departamentos y que el clamor era el mismo: que se respete el voto, la democracia interna de las organizaciones y que se dé oportunidad a las nuevas generaciones. Con esas dos frases provocó un incendio: “Queremos gente nueva, queremos gente nueva”, gritaban los dirigentes convocados al ampliado. “Seguramente todos esos temas se discutirán en este ampliado”, dijo Arce, mientras el canto de la audiencia ya se había transformado en “fuera los pititas”. Arce alcanzó a decir que todos iban a tener la oportunidad de plantear a los mejores hombres y mujeres, antes de volver a su silla de presidente militante, dejando la conducción del acto a Morales.

El exmandatario utilizó una de las basas de sus viejos discursos para tratar de espolear a sus bases: poner retos difíciles de cumplir. Planteó que para blindar al Gobierno de Arce y Choquehuanca se deberían ganar al menos 300 alcaldías y siete de las nueve gobernaciones. En las elecciones del 18 de octubre, el MAS se alzó con el triunfo en 300 de los 340 municipios, pero en las municipales de 2014 sus cifras fueron algo más discretas, triunfando en 232. Ese mismo año ganó en seis de las nueve gobernaciones, perdiendo solo las de La Paz -con un exmasista- y las de Santa Cruz y Tarija.

Pacto de Unidad

Ahí comenzó el verdadero ampliado. Uno a uno, los dirigentes del Pacto de Unidad fueron pasando a la testera y marcando el rumbo de la decisión. Desde fuera de un salón atiborrado, sin ventilación y caliente, se escuchaban frases que secundaban lo que había dicho Arce. “Que no se pase al Pacto de Unidad, que nos hagan respetar, que no haya otros elegidos y que haya unificación. Que el que plantee candidato por fuera de la decisión de las organizaciones, sea expulsado del MAS”, propuso un dirigente orureño.

No más invitados en Pando. A nuevas bases, nuevos cimientos”, dijo un dirigente amazónico. “Donde hay un joven revolucionario, hay esperanza decía nuestro compañero Orlando Gutiérrez”, sumó un minero.

Así los pedidos de los dirigentes de las organizaciones sociales eran claros: no más invitados, no más candidatos puestos a dedo, respeto a las decisiones del Pacto de Unidad y la unidad de las organizaciones una vez la decisión de quién será candidato esté tomada.

Al igual que sucedió con las listas de candidatos a diputados y senadores en las elecciones generales, las organizaciones sociales quieren tener un control casi absoluto de las listas de postulantes a alcaldes, gobernadores, concejales y asambleístas departamentales. El ampliado de ayer fue el primero en el que se notó una ausencia casi absoluta de la clase media mestiza. Es más, solo había dos exministros, Diego Pary, nuevo embajador de Bolivia ante la ONU y Fernando Huanacuni, excanciller. Ambos son de origen indígena. No estuvo presente Álvaro García Linera ni ninguno de los exministros que se reunieron con Morales el jueves último.

Una vez terminada la reunión, el exmandatario dio una conferencia de prensa flanqueado por los dirigentes de Pacto de Unidad. Prometió explicar luego de cómo se consiguió la victoria y admitió el derecho de cada municipio a elegir a su candidato. 

Dio una recomendación, que se aplique el “muyu”, el turno, que si en la anterior elección fue un minero el elegido, que en la siguiente sea un indígena. “Siempre va a haber algunos problemitas con los gobernadores y en las ciudades. He pedido que manden razones, no caprichos. Hay que elegir al compañero que va a enfrentar con debate, con propuestas, no se consigue fácil en las ciudades, respetando las propuestas orgánicas”, dijo y allí lanzó su pedido: “Algo importante es que debe estar dentro de la unidad, esa es nuestra fuerza

Con fundadores del Movimiento Al Socialismo, exdirigentes, exautoridades, con la prioridad de dar oportunidad para las nuevas generaciones, pero también combinar la experiencia de la gestión pública”. Morales abogó así para que la generación que gobernó con él no sea barrida por la juventud campesina e indígena que estrena título universitario y pide sitio. Dio una justificación para ello: “Empecé a entrar al gabinete a viceministros de 24 y 25 años, pero se presentan problemas”.

Ahora, Morales se centrará en convencer de esta tesis en cada ampliado departamental. Hoy comenzó en Montero y tiene la agenda semanal llena de reuniones. El jueves hará un alto para almorzar con Arce. Ayer, en Quillacollo, si algo quedó claro es que el MAS ya no tiene una sola cabeza.