Opinión

El principal enemigo

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2 de marzo de 2020, 3:00 AM
2 de marzo de 2020, 3:00 AM

Fernando Crespo - Vecino de Porongo

“Qué tal si por esta vez dejamos de ser corruptos, ineptos y privilegiamos la honestidad y la transparencia” parafraseando al conocido académico Roberto Unterladstaetter que citaba en su misma nota la famosa sentencia del sabio Albert Einstein: “Si sigues haciendo lo mismo, no esperes resultados distintos”.

No cabe duda de que la corrupción existente en el mundo entero golpea con mayor fuerza y se constituye en el principal enemigo de las sociedades latinoamericanas y de nuestro país en particular.

El efecto nocivo de este flagelo no solo impacta en lo económico, degrada las instituciones de un país y lo que es peor, daña tremendamente la moral de la ciudadanía, se invierten los valores hasta el extremo en que se confunde la línea entre lo que es legal e ilegal, entre lo moral e inmoral, entre lo que es ético y lo que es antiético.

En lo económico, son impresionantes las cifras que se pierden y van a engrosar las arcas de los corruptos. Estos extraordinarios montos de dinero pueden perfectamente solucionar en muy buena medida, por ejemplo, los graves problemas que tiene nuestro país en materia de salud y educación.

Alguna vez se ha oído hablar o proponer la denominada “Revolución del Comportamiento”. La idea es encauzarla bajo esa línea de un comportamiento humano ideal. La corrupción se puede ir disminuyendo progresivamente hasta reducirla sustancialmente, es cuestión de tomar la decisión y empezar con una férrea voluntad compartida, con una campaña frontal que forme parte de una política de Estado, de implementar programas de educación que comprometan absolutamente a todos a una lucha permanente, conscientes del gran daño que representa la corrupción y de los beneficios a toda la sociedad en la medida que se vaya reduciendo.

Considero que esta debería ser la gran propuesta de los programas de gobierno, adoptando actitudes responsables, dispuestos a producir un cambio radical, con hechos que demuestren desde el primer día esta decisión y que pregonen con el ejemplo.

Estamos en la era del cambio acelerado, se menciona: la inteligencia artificial, realidad aumentada, robótica, etc.; naturalmente no estoy en línea contraria a la ciencia, a la tecnología e innovación, sería un despropósito, simplemente sostengo que debemos empezar por el principio y este desafío primario es fundamental.

No es una tarea fácil, pero, sin duda, es necesaria si queremos “un resultado distinto”.

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