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15 de julio de 2022, 4:00 AM
15 de julio de 2022, 4:00 AM

Por Aarón Mariscal, licenciado en Ciencias de la Comunicación


Este 14 de julio se conmemora un trágico evento que alteró el orden social tal y como lo conocemos: la Revolución Francesa. Se lo suele ensalzar como un hito digno de celebrar, pero parece que pocos se atreven a reconocer lo oscuro que se esconde tras de él.

Quizás para nadie es un secreto que este acontecimiento involucró toda una serie de asesinatos en masa en nombre de la libertad, la igualdad y la fraternidad. El problema es que los autores que consolidaron la historiografía hegemónica se dejan seducir por el error filosófico del historicismo: “Sí, bueno, pero es que así son las revoluciones; igual fue bueno que suceda”.

¿Será tan así? ¿No habrá algo más detrás de todo esto? ¿Y si en realidad la revolución de la guillotina nos mintió y no buscaba el bienestar del pueblo sino más bien de unos pocos? ¿Y si no todo lo que había antes de 1789 era maldad y perversidad?

Para investigar más a fondo, tendríamos que indagar cuáles fueron las verdaderas causas de la Revolución Francesa, qué ideas están detrás de ella y a qué se oponían esas ideas. También hay que buscar lo que cuentan los propios revolucionarios versus lo que cuentan los contrarrevolucionarios. Y si no podemos creerle a los contrarrevolucionarios, por qué razón no podemos creerles a ellos y a los otros sí.

Además, cabe averiguar qué consecuencias trajo verdaderamente esta revolución, y si esas consecuencias fueron en esencia malas o buenas.

Hay varias preguntas interesantes que nos podemos hacer al respecto: ¿quiénes eran los cabecillas de cada tumulto?, ¿quiénes se resistían al avance de la revolución?, ¿Cómo era verdaderamente la política, economía y sociedad antes de la revolución? ¿qué son los gremios y corporaciones? ¿Existen monarquías que no sean absolutas? ¿Solo los regímenes democráticos pueden ser buenos y los monárquicos siempre malos porque sí?

Palabras clave como “genocidio de Vandea”, “chuanes” o “mártires de Compiègne” pueden ayudarnos a entender qué se esconde detrás de todo esto. Podemos empezar a cuestionarnos las cosas con el episodio La Revolución Francesa, del programa televisivo español Lágrimas en la Lluvia.

Además, pensadores como José de Maistre, Luis de Bonald y Francisco René de Chateaubriand constituyen algunos ejemplos franceses de resistencia intelectual contra la revolución que acontecía en su país. De hecho, Maistre predijo en 1817 que cien años después vendría algo más profundo, la revuelta bolchevique.

Cuestionémonos estas cosas, no nos quedemos con lo que nos enseñan habitualmente. ¡Podrían estar vendiéndonos propaganda y nosotros no nos damos cuenta!

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