Opinión

El saqueo de BoA y Entel

5 de marzo de 2020, 3:00 AM
5 de marzo de 2020, 3:00 AM


Tres meses después del cambio de gobierno han comenzado a conocerse informaciones que dan cuenta del saqueo de que fueron víctimas Boliviana de Aviación y Entel durante el Gobierno de Evo Morales.

El cambio de administración abre la posibilidad de transparentar el manejo de las finanzas de ambas empresas y permitirá conocer en plazos breves las irregularidades cometidas por los ejecutivos de la gestión de los 14 años del MAS.

Boliviana de Aviación, la aerolínea del Estado boliviano, perdió 50 millones de dólares entre 2014 y 2019. La actual administración de la empresa denunció una campaña interna de exfuncionarios –muchos de ellos afines al partido de Morales- que intenta desestabilizar la gestión.

La gerencia de BoA ha denunciado que la contabilidad de la empresa fue falseada, se hicieron estados financieros que no corresponden a la realidad, con cifras maquilladas, que las aeronaves operan con turbinas alquiladas y tampoco se hizo la desvalorización de las naves.

Juan Carlos Ossio, gerente general de BoA, asegura que diciembre de 2019 fue el mes en que la empresa no registró pérdidas. Es decir, en coincidencia con el primer momento en que la aerolínea dejó de estar en manos de ejecutivos relacionados con el Gobierno de Morales.

Al mismo tiempo, extrabajadores de la aerolínea critican la conducción de la empresa porque aparentemente se habría provocado pérdidas por la reducción de itinerarios y hablan de un supuesto complot para favorecer a la aerolínea privada Amaszonas. Son los mismos exfuncionarios que durante los 14 años de la anterior administración callaron y no denunciaron ni una sola vez la mala ruta que ya por entonces se observaba de BoA.

En Entel, auditorías recientes han revelado que la anterior administración provocó un daño económico de Bs 2.300 millones. De estos, 1.700 millones corresponden a inversiones en telecentros que no operan, contratación de una empresa india para equipamientos tecnológicos que nunca llegaron y el proyecto billetera móvil que resultó un fracaso. Esos daños fueron denunciados por el ministro de Obras Públicas, Iván Arias.

En tanto que otros Bs 600 millones se perdieron por servicios realizados que no fueron cobrados, en las gestiones de Óscar Coca y Mauricio Alberto Altovez.

El actual gerente de Entel, Eddy Luis Franco, denunció que ningún gerente anterior hizo gestiones para cobrar esas deudas, pese a que la cifra saltaba en los estados financieros de la empresa.

Si bien esas son las primeras denuncias de malos manejos en BoA y Entel, es un hecho que con mayores investigaciones se encontrarán nuevas irregularidades de un largo periodo en el que no existían controles internos de la administración y disposición de recursos de ambas empresas.

Pese al oscurantismo informativo que reinó en los 14 años de Morales en cuanto a información relacionada a las empresas estatales, con cierta frecuencia se sabía de los incidentes, faltas de mantenimiento de aeronaves, contrataciones de proveedores de servicios sospechosas por vínculos familiares con la alta cúpula del MAS y otras denuncias que nunca llegaban al Ministerio Público.

Ahora es el tiempo de aclarar cómo se manejó a las empresas que son de propiedad de todos los bolivianos, que generaban un alto flujo de efectivo diario, como el caso de BoA, y de grandes utilidades por su carácter estratégico, como era el caso de Entel.



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