29 de diciembre de 2022, 4:00 AM
29 de diciembre de 2022, 4:00 AM


Al igual que el gobernador Leopoldo Fernandez, en Pando en 2008, hoy fue secuestrado Luis Fernando Camacho, gobernador electo de Santa Cruz; el tema se inscribe en la agenda represiva de la dictadura en Bolivia y su obsesión por acabar con el símbolo de la libertad, la democracia y el levantisco departamento de Santa Cruz.

Hablo de secuestro, no de detención, porque no se le ha exhibido una orden de aprehensión, no ha sido un operativo regular, no han sido vehículos oficiales de la Policía Nacional, han sido vehículos encubiertos, con gente de civil y algunos encapuchados operando de forma irregular; ese es el proceder de todo gobierno dictatorial.

Si quedaba algo de Estado de derecho en Bolivia, porque el Gobierno guardaba ciertas formas, con este secuestro se acabó, Arce ha decidido la línea dura que adoptó Nicolás Maduro en su momento en Venezuela, y que lo hace Daniel Ortega en Nicaragua, era previsible a mayor crisis económica, más represión, más indefensión y más ataque a Santa Cruz, que es el último bastión de resistencia a la dictadura.

Solo el pueblo en la calle recuperará la democracia, solo la firmeza de los líderes democráticos puede parar la ola represiva del Gobierno, hoy no se trata de Camacho, se trata de la libertad de todos, de aquellos que dirigen alguna agrupación política, de los que tienen alguna aspiración electiva en los próximos comicios, de los que anhelan algún puesto político, cívico, institucional o gremial en el país.

Ojalá entiendan en todo Bolivia que la resistencia no solo se debe dar en Santa Cruz, que los paceños no permitan que su departamento se convierta en una cárcel para toda la resistencia democrática, que hoy todos los bolivianos que anhelamos vivir en libertad somos Camacho, lo contrario será resignarse a vivir en dictadura con farsa electoral y privados de lo más hermoso del mundo, la libertad.

Salgamos a las calles en toda Bolivia, obliguemos a la dictadura a liberar a Camacho y a todos los presos políticos, que cese la persecución, que vuelvan los exiliados.

Hoy la lucha debe ser por una amnistía general e irrestricta que permita el reencuentro de todos los bolivianos para que entre todos recuperemos la democracia, la justicia y la libertad.

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